We Will Rock You

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Mateo Marco Amorós / Nostalgia de futuro

Joaquín Marín / Fotografía

Que las distopías futuristas presenten un porvenir poco halagüeño va implícito en el significado del propio concepto, resultando distopía una utopía desencantada. Así la define Andreu Domingo en su «Descenso literario a los infiernos demográficos. Distopía y población» (Anagrama, 2008). Como distopías conocemos mundos sobre ruinas conviviendo con mundos subterráneos, humanos deshumanizados convertidos en robots, humeantes restos de incendio en el horizonte, gasolina escasa, agua escasa, totalitarismo y… violencias muchas violencias.

Hemos visto en Madrid la reposición en segunda temporada del musical We Will Rock You. Espectáculo producido y supervisado desde 2002 por Brian May y Roger Taylor que ha interesado reponer tras el éxito de la película «Bohemian Rhapsody». Lo hemos visto en el Gran Teatro CaixaBanc Príncipe Pío, antigua Estación del Norte que conocimos en 1982, camino de Salamanca, coincidiendo con el rodaje de esa escena de «Nacional III» en la que embarcan a los enfermos peregrinos a Lourdes. Recuerdo las instrucciones de los técnicos a los pasajeros que por allí pululábamos esperando nuestro tren convirtiéndonos de balde en improvisados extras: —No miren a la cámara, no miren directamente a la cámara.

WWRY se enmarca en una sociedad distópica para homenajear al rock y a los roqueros con los fundamentos de la música de Queen. Una historia romántica de supervivientes. Un montaje bien hilvanado en lo musical, superior y magnífico para los incondicionales de la banda inglesa, algo menos en lo literario de los diálogos que no obstante resultan simpáticos y atractivos, cargados de guiños a la actualidad para un público variado, familiar y estudiantil. Lo pasamos muy bien, que al cabo es lo que importa. Y nos emocionamos porque la interpretación musical y vocal es excelente.

Por lo tanto, un espectáculo recomendable con una tramoya que apenas es tramoya porque ahora mandan las luces y proyecciones y todo lo relacionado con la imagen y sonido tecnológicos que han reconvertido la escenificación teatral; cediendo el testigo, carpinteros y pintores, a técnicos en imagen y animación. Especialidad, por cierto, que se puede estudiar en uno de los módulos que se imparten en el IES Paco Ruiz de Bigastro. ¡Maravillan estas cosas!

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