Vega Baja, coche viejo

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Mateo Marco Amorós / Bardomeras y meandros

Joaquín Marín / Fotografía

Vega Baja, coche viejo es comparación que tomamos prestada a Mario Martínez, Presidente de la Cámara de Comercio de Orihuela. Así la glosó en un artículo publicado en INFORMACIÓN, el doce de noviembre pasado, denunciando la escasa o nula inversión destinada a la comarca en los borradores de los Presupuestos Generales del Estado y de la Generalitat.

Considerando los presupuestos combustible para el vehículo, Martínez precisaba, además de la de viejo, otras características del auto: de gasoil y con una rueda pinchada. En definitiva un vetusto coche de escasa potencia y con limitada posibilidad de acelerar y hasta de moverse a pesar del afán de sus conductores.

Es una imagen triste vistos los proyectos pendientes que el Presidente de la Cámara enumeraba en el escrito. Proyectos pendientes que, como el coche, muchos son viejos: agua para el campo, mejoras urbanísticas en los pueblos y ciudades, desdoblamiento de la CV-95 entre Orihuela y Torrevieja, el Puerto Seco en San Isidro, la variante de la Nacional 332 de Torrevieja, la eliminación de los peajes de la AP-7 Cartagena-Crevillente a su paso por Orihuela Costa, el acondicionamiento de la CV-91, el tren de la Costa hasta Pilar de la Horadada, la conexión del aeropuerto con parada de AVE en la estación de Orihuela, un Plan de Rehabilitación del Patrimonio Histórico de Orihuela y mejoras en el Hospital de la Vega Baja.

Es imagen triste, la del coche, que exige la asistencia. Ayudando a cambiar la rueda y empujar. Si alguna vez hemos colaborado para que un coche arranque, bien sabemos del regocijo que produce entre los que empujan. En ocasiones resultado de una peña improvisada de gentes que pasaban por allí y que viendo la necesidad… A empujar. Todos a una y… Arranca el coche. Por la ventanilla el conductor muestra el pulgar. Acelera. Toca el claxon. Los que empujaban ríen, se espolsan las manos, se felicitan. No se conocían. Nadie preguntó a quién votas. Ayudaron y… Vencieron. Y el coche echó a andar. Pero ¡ay! el combustible… Teniendo que venir de donde tiene que venir, eso es otra cosa. Suerte tengamos. Suerte.

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