La asociación conmemora el Día Mundial de las Personas Refugiadas mostrando el testimonio de dos refugiados acogidos en la Vega Baja
La Asociación Vega Baja Acoge ha acogido a un total de 23 refugiados llegados a la comarca en los últimos dos años, cuando la entidad pasó a formar parte del Sistema Estatal de Acogida de Protección Internacional del Ministerio de Trabajo, Inmigración y Seguridad Social del Gobierno de España. Un programa cuyo objetivo es garantizar la plena integración y autonomía de personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional.
Las personas que han solicitado asilo hasta la fecha son de nacionalidad rusa, colombiana, camerunesa y ucraniana que han solicitado refugio en la comarca por motivos religiosos, huyendo de guerras, por su condición sexual, por motivos de género o de etnia o políticos. Son 10 hombres, seis mujeres y siete menores, en grupos de seis familias y tres hombres solos.
La entidad mantiene en tutela durante 18 meses a las personas con estatus de refugiados que llegan a la Vega Baja. Un tiempo en el que se les ofrece asistencia por parte de los trabajadores de la asociación y de los voluntarios. Reciben clases de español y cursos orientados a facilitar su inserción laboral y su integración en el país. También les prestan las necesidades básicas de sanidad y alimentación, además de la escolarización de los menores.
Campaña
Vega Baja Acoge ha ofrecido estos datos con motivo de la conmemoración del Día Mundial de las Personas Refugiadas, el próximo 20 de junio. La entidad ha lanzado la campaña #Refugiando, que tiene como objetivo principal la reivindicación de los derechos de las personas refugiadas y la sensibilización a la población de la Vega Baja acerca de la situación que viven millones de personas en todo el mundo.
A través de un vídeo dos refugiados recalados en la Vega Baja cuentan su experiencia tras escapar de sus países de origen y llegar a España, en concreto a la comarca. “Sentimos que venir aquí nos haría estar más seguros porque en nuestro país había muchos problemas y querían matarnos”, cuenta Benice Zeik Kpwai. Camerunesa que llegó hace unos meses a España junto a su marido. “Intentamos atravesar el mar desde Marruecos, parecía terrible, no fue fácil”, cuenta.
También narra su testimonio Cristian Vivas Salazar, colombiano que tuvo que huir de su país y que asegura que se tuvo que enfrentar a una presión psicológica muy fuerte por dejar atrás aquello que había logrado en Colombia.
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