Vaciando el aire de las caracolas…XXXVIII

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Director

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Mateo Marco Amorós
 

Hay biografías que saben a tristeza. Tienen un poso de frustración por no ver realizadas ciertas expectativas. Así nos sucede con la biografía de Angelino Fons, director y guionista de un cine que quiso ser y no pudo ser.

Promovido en 2012 por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Orihuela, «Memoria de vida» se titula un cortometraje dedicado a Fons. El documental, en unos once minutos, glosa los trabajos del cineasta y su vinculación con Orihuela y la Vega Baja. El guión es de Ernesto J. Pastor, la edición y montaje de DC Departamentocreativo y la locución –una locución hermosa– corresponde a Elisa Gil, colega en menesteres radiofónicos. El vídeo difundido por Oricultura puede verse en Youtube.

Angelino Fons Fernández nació en Madrid en 1936. Tras la guerra, la familia se instaló en Orihuela. Angelino estudiaría en el Colegio de Santo Domingo. Volvió a Madrid para formarse como cineasta, titulándose en 1960. A partir de entonces ejerció su carrera, primero como guionista de Carlos Saura y Francisco Regueiro y poco más tarde también como director, participando de esa generación de directores que querían romper con el cine oficial del franquismo, buscando en las corrientes europeas un lenguaje más innovador y libre. En el caso de Fons se aprecia una querencia por el neorrealismo italiano. Así, por ejemplo, en su «Fortunata y Jacinta», basada en la novela de Pérez Galdós.

No fue la única novela que llevó al cine, lo que muestra una vocación por la literatura reafirmada en sus estudios de Filología Románica. De hecho, cuando se diplomó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, conocido como Escuela Oficial o Nacional de Cinematografía, lo hizo obteniendo la mejor calificación por el corto «A este lado del muro», sobre un texto de Luis Goytisolo; y su primera película como director fue «La busca» (1966), sobre la novela de Baroja. La crítica, salvo para «La busca», que despertó muchas esperanzas para el joven director, no fue generosa con Fons, condicionado en aquel tiempo del franquismo, que él mismo definió como «bruno y umbrío», por presupuestos cortos y servidumbres de la época. En «Fortunata y Jacinta» hay una intervención de Antonio Gades que apreciamos metida con calzador. Así, nos da la impresión de que Fons no pudo ser lo que quiso ser. Aquí el desencanto. Angelino Fons murió en Madrid en 2011. Tenía setenta y cinco años. Predilecto o adoptivo, predilecto.

 

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