Vaciando el aire de las caracolas…XXXIV

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Insigne 32

Insigne

Mateo Marco Amorós
 

Con la prudencia que exigen los datos sobre número de población para épocas preestadísticas, para finales del siglo XVI, el historiador José Ojeda Nieto contrasta datos demográficos de diferentes lugares para demostrarnos que no le faltaba razón a aquel vecino de Orihuela, jurado del Consell de la ciudad, que en 1582, participando su queja por la segregación de Callosa, dijo que Orihuela era la ciudad más insigne del Reino de Valencia a excepción de la propia capital: «en cantitat y en qualitat… –la más importante, la ‘més insigne’– del Regne de Valenctia… fora la ciutat de Valenctia». (Véase: José Ojeda Nieto, «La ciudad de Orihuela en la época de auge foral (siglos XVI-XVII)». Cuadernos de temas oriolanos, nº 3, Ayuntamiento de Orihuela, 2007).

Utilizando informaciones sobre número de casas o de vecinos, cifras que exigen ser multiplicadas por un coeficiente que aunque discutido por historiadores podría estar entre 4 ó 4,5 personas por casa o vecino, utilizando esos datos, Orihuela a finales del siglo XVI destaca sobre otras poblaciones. Su carácter episcopal, anhelado y conseguido, su carácter como centro político por ser cabeza de gobernación y capital comarcal concentra a personas y actividades con un dinamismo esplendoroso. Favorecido a su vez por medidas que sirvieron para la atracción de pobladores.

Entonces, según esos datos imprecisos, Orihuela contaba con 2.400 vecinos, Alicante 1.200 –la mitad–, Elche 1.000 –menos–; Lorca, similar, 2.232 vecinos. Sí la superan Murcia, con 3.370 vecinos, y mucho más Valencia, con 10.000. Superadas éstas por poblaciones de mayor entidad como Madrid, Toledo y, sobre todas, Sevilla que con 18.000 vecinos se nos revela como la ciudad más importante de la época. Recordamos que las cifras dichas de vecinos hay que multiplicarlas por 4 ó 4,5 para aproximarse a la población total.

Así Orihuela tendría unos once o doce mil habitantes a finales del dieciséis. Ojeda considera, con argumentos, que estaría más cerca de los once mil. Para ello alude al testimonio de un vecino que en 1591, preocupado por la saca de trigo apelaba a la necesidad de alimentar en la ciudad a «deu mill y set çentes persones» –10.700 personas–, cifra que para evitar que se llevaran el trigo de Orihuela, se exageraría como solía hacerse en la época en estas circunstancias. Sean once mil o doce mil habitantes, Orihuela era, efectivamente, después de la ciudad de Valencia, la ciudad más importante del Reino.

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