Vaciando el aire de las caracolas…XXX

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Amílcar

Amílcar

Mateo Marco Amorós
 
 

Vinculado a la historia de la Vega Baja, hoy traemos a uno de esos personajes que atrajo nuestra curiosidad en la infancia: Amílcar Barca, general y estadista cartaginés. Elefantes acompañando las tropas… En nuestra «Enciclopedia Álvarez» de Segundo Grado –enciclopedia «intuitiva, sintética y práctica»– se decía: «Los cartagineses. Los cartagineses procedían de Cartago (África) y eran guerreros. Sus generales más famosos fueron: Amílcar, Asdrúbal y Aníbal.»

La figura de Amílcar atrajo y atrae nuestra curiosidad porque su biografía tiene la nebulosa mágica de la imprecisión. Esos tiempos oscuros que suelen decir los historiadores cuando no se sabe bien. Historiadores instados a aclarar. Pero de Amílcar hay muchas cosas que no sabemos bien. Tiempos oscuros. Aunque sabemos que llegaría a Iberia en el 237 antes de Cristo. Año, precisamente, en el que algunos autores, también con imprecisión, hablan de terremotos y muertes por enfermedad en la península. «Por este tiempo, en el año 237 –escribe Gisbert en su «Historia de Orihuela»–, fue víctima nuestro país de esas sacudidas volcánicas que tan frecuentes han sido en todas las épocas; pero no podemos dar detalles de ella por no haberlos hallado en los autores que de tal terremoto se ocupan. D. Antonio Hernández Morejón añade, que a dichos terremotos siguieron enfermedades, de que murió mucha gente.»

El general Amílcar Barca, en unos ocho años de campañas, consolidó y amplió la presencia cartaginesa en el este peninsular. Hay quienes asocian el nombre de Barcino/Barcelona, su fundación, al apellido Barca, antropónimo fenicio vinculado legendariamente a Dido –Elisa de Tiro– fundadora y primera reina de Cartago por la que tanto lloramos en su desamor, desamor en el tejemaneje de diosas, cuando leímos la «Eneida» de Virgilio. Y de Barca, Barcino. Y de Barcino, Barcelona.

No obstante, los pueblos ibéricos fueron reacios al dominio cartaginés y hubo enfrentamientos, bueyes embolados incluidos. En uno de estos enfrentamientos, concretamente en los acaecidos en el invierno de 229-228 antes de Cristo, se sitúa la muerte de Almícar. Ahogado en un río. Y aquí, otra vez las dudas. Aun dejando a un lado a quienes dicen que el general murió en secano, quienes sostienen la tesis tradicional del ahogamiento del cartaginés atravesando un río no coinciden. Para unos el Ebro. Para otros el Júcar. O el Vinalopó. O el Segura. Para nuestro historiador Gisbert, Ernesto Gisbert y Ballesteros, estaba claro que la muerte de Almícar aconteció en el Segura. Pero…

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