Discurso
Mateo Marco AmorósPara la colección «Memoria literaria de Orihuela», la Concejalía de Cultura de la Gran Ciudad ha recuperado una preciosa obra del sacerdote y humanista oriolano Cosme Damián Savall. Su título: «Discurso Exhortativo sobre la consecución del mejor estado de la República Literaria». La edición, exquisita, se ha realizado al cuidado de la profesora Helena Rausell Guillot, especialista en erasmismo y la influencia de éste en la cultura valenciana del Renacimiento. Un lujo en sabidurías y sensibilidad.
Quienes apreciamos a Erasmo de Rotterdam estimamos esta edición que nos recupera el sabor del humanismo cristiano y nos tienta a jugar a ese ejercicio inútil que tiene el historiar sobre supuestos de lo que pudo ser y no fue. Al respecto, el catedrático Antonio Domínguez Ortiz decía que «añorar lo que pudo ser y no fue es uno de los ejercicios más inútiles a que puede entregarse un historiador». Pero muchas veces –»ejercicio inútil»– se nos ha ocurrido pensar qué hubiera sido de haber sido más tolerantes entre religiones. Qué de haber atendido antes al «Enchiridion» –o «Manual del Caballero Cristiano»– de Erasmo que «El Príncipe» de Maquiavelo, aun sabiendo que Maquiavelo no era tan maquiavélico. Qué de haber potenciado la República del saber por encima de la República del poder. Y así.
Cuando propongo a mis alumnos que me digan qué personaje en la Historia les hubiera gustado ser y por qué, les confieso mi predilección por dos: Por Erasmo y por Plinio el Viejo. Principalmente por Erasmo. Por su sabiduría y tolerancia. Por Plinio el Viejo por su curiosidad y solidaridad extremas, hasta la muerte. Pero volvamos a Savall y su «Discurso». Del sacerdote nos había informado Aníbal Bueno en esa obra fundamental «Personajes en la Historia de Orihuela. Diccionario biográfico» que ya hemos citado en otras ocasiones. Bueno destaca de Savall su calidad de «gran políglota, dominando a la perfección las lenguas clásicas» y también que fue el primer catedrático de griego en la Universidad de Valencia. Además apunta un dato curioso para la historia local: que en 1573 «vendió su casa de Orihuela para que pudiera ser ampliado el Ayuntamiento».
Asimismo la profesora Ana Mas nos había advertido sobre el interés del personaje y su «Discurso», un discurso que siempre ha calificado como «discurso humanista de extraordinaria actualidad.» Bendita sea su publicación para que hagamos algo de caso. Que desde 1531 ha llovido demasiado para no aprenderlo y quererlo.
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