Vaciando el aire de las caracolas…LXI

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Reseña

Reseña

Mateo Marco Amorós
 

En 1927, impresa en la Escuela Tipográfica Salesiana de Valencia, veía la luz la primera edición del «Romancero Villenense. Historia, tradición y leyenda» del sacerdote Gaspar Archent Avellán, nacido en Villena en 1877. Archent, antes de desarrollar su labor pastoral en Valencia como Canónigo de la Metropolitana, había sido –además de párroco en diversas poblaciones– canónigo doctoral en la Catedral de Orihuela, plaza que había conseguido en 1910. «Reunido esta mañana el cabildo catedral, –publicaba «El Eco de Orihuela» el 5 de diciembre de 1910– ha elegido, después de oír la misa del Espíritu Santo, para cubrir la vacante de canónigo doctoral a D. Gaspar Archent Abellán –sic por Avellán–, párroco de Cartagena a quien le testimoniamos nuestra felicitación.»

Con motivo de la aparición del romancero, J. Montañés le dedicó una elogiosa reseña en el semanario oriolano «El Pueblo», concretamente en el número 170 publicado el veinte de julio de 1927. Reseña que, junto a otras de otros periódicos de Valencia, Alcoy y Castellón de la Plana, aprovecharía «Villena Joven» para publicitar el romancero en el número extraordinario de cinco de septiembre de 1928. J. Montañés, según nos informa Aníbal Bueno Esquer en su diccionario «Personajes en la Historia de Orihuela. Diccionario biográfico», era el pseudónimo utilizado por el crevillentino José Maciá Abela, presbítero y poeta formado para el sacerdocio en el seminario de Orihuela, donde ejercería a partir de 1918 la cátedra de Filosofía. Personaje que también tuvo aficiones literarias batidas en la prensa de la época y en algún libro con composiciones lastradas de artillería estilística más decimonónica que novecentista, igual que Archent en sus escritos. Como hemos afirmado en alguna ocasión, en las publicaciones locales los estilos anteriores pesan y ralentizan cualquier renovación.

Del quehacer literario de José Maciá, Aníbal Bueno no se resiste a reproducir los primeros versos del poema «Himno a Orihuela», letra de 1918 que ha sido cantada con música del oriolano Carlos Moreno Soria. Nosotros, aun conscientes de ese lastre decimonónico y patriotero, reeditado y explotado durante el franquismo, tampoco nos resistimos a recitarla. Sirva de colofón a nuestras humildes palabras:

«Hija del cielo, gloria de España, / sol de la vega, noble ciudad, / es nuestra patria, madre fecunda / de hombres ilustres que honor le dan. / Corte famosa de Teodomiro / de la Armengola cuna y blasón / es Orihuela, donde humillada / la Media Luna retrocedió.» Y así.

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