Corona
Mateo Marco AmorósAl final, la corona de la Corona no fue. Queremos decir que la corona que Alfonso XII prometió para la Virgen de Monserrate cuando visitó Orihuela en 1879, con motivo de la riada de Santa Teresa, al final nunca fue. Recordemos que el alcalde Matías Rebagliato, en una carta publicada en «El Eco de la Provincia» el veinticuatro de octubre, informándonos de la visita real anunciaba que el monarca después de rezar ante la Patrona había ofrecido «remitir para su adorno una corona de oro». Corona comprometida que, insistimos, no fue.
«La Crónica», «semanario enciclopédico» de Orihuela, el treinta de septiembre de 1886, se felicita en la sección de «Sueltos y noticias» porque ha vuelto a animarse la idea de fabricar una corona de oro para la Virgen promoviendo una suscripción «que ya se inició entre el vecindario y que se susprendió [–sic–] con motivo de haberse propuesto recordar a nuestro malogrado Monarca D. Alfonso XII, el cumplimiento de la oferta que hiciera a esta ciudad a raíz de la inundación de 1879, de fatal memoria, lo cual no pudo efectuarse desgraciadamente por haberle sorprendido la muerte.»
También, consultado el estudio-catálogo sobre «Arte e iconografía de Nuestra Señora de Monserrate en la Diócesis de Orihuela» (Varios Autores, Ayuntamiento de Orihuela, Orihuela, 2007) editado con motivo de la exposición y celebración del 700 aniversario del Hallazgo de Nuestra Señora de Monserrate, no hemos encontrado referencia a ninguna corona donada por Alfonso XII. Sí a la que se fabricó con el dinero que el propio Matías Rebagliato dejó en su testamento. Al respecto, Aníbal Bueno en su «Personajes en la Historia de Orihuela» concreta sobre Rebagliato: «Al morir –el 25 de marzo de 1888– dejó un legado de treinta mil pesetas, para que se confeccionase a la Virgen de Monserrate (patrona de Orihuela) una corona de oro y piedras preciosas, joya que realizó en 1896 el orfebre mallorquín Bernardo Pomar, y que desapareció al inicio de la Guerra Civil de 1936-1939, junto con la imagen de la patrona.»
En algunos periódicos hemos conocido las dificultades para efectuar el deseo testado por Rebagliato que no sabemos si con esta donación venía a cubrir lo comprometido por Alfonso XII cuando él era alcalde. Respecto a la corona prometida por la Corona sabemos que también, por linajuda persona, se hizo alguna gestión en la corte recordándola. La muerte del rey clausuraría las esperanzas.
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