Uno de aquellos…XXXV

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Cara a cara

Cara a cara

Mateo Marco Amorós
 

Música y literatura me han proporcionado y proporcionan amistad. Lo digo con orgullo. La querencia por escribir me ha dado y me da vivencias intensas. Hace unas semanas, organizado por la Casa de la Cultura, celebramos en Villena un «A micro abierto» bajo el título «Cara a cara, verso a verso». Se recitaron poemas de Eleuterio Gandía y míos. Resultó entrañable. El formato de «A micro abierto» lo propicia. «A micro abierto» comienza tarde. A partir de las diez y media de la noche. A esa hora en la que siendo viernes no caben prisas, sólo deleite. El escenario, el café de la Casa de la Cultura, no distancia al público.

La primera parte la ocupó la lectura de poemas recitados por familiares, amigos y los propios autores. Con acompañamiento musical de la mano, también, de familia y amigos. La selección de poesías resultó una autobiografía literaria transportándonos a tiempos compartidos gracias precisamente al oficio de escribir. Al cabo uno se va dejando y descubriendo, negro sobre blanco, en lo que escribe. Por ello cupo un intermedio musical en el que el cantautor Pepe Cabanes, muñidor de sabidurías musicales, versionó –divino– «Qué bonita la vida» de Dani Martín. Continuó la velada con un homenaje al escritor Alfredo Rojas, amigo añorado que compartió siempre generoso sus muchas sabidurías. Y luego, como en todo «A micro abierto», quienes quisieron del público, como si fuera un karaoke, karaoke de versos, leyeron más poemas de Eleuterio y míos. Una fiesta de emociones.

Hacía tiempo que no vivía con tanta intensidad un recital. Fue retornar a aquellos años en los que, emocionándome escuchando y conociendo a Eleuterio Gandía, entre otros escritores, sentí el veneno del escribir. Sentimiento fuerte porque aquello no fue baladí; porque entre otros instantes recordé la ocasión en la que Eleuterio, en el Teatro Chapí, recitó su poema «Hacen falta agallas», composición vital sobre la rutina que in crescendo culmina con un rotundo «hace falta valor, / cierta dosis de valentía, / unas cuantas agallas / y unos santos cojones.» Versos para escándalo de hipócritas.

Entonces, entonces yo me dije que también quería tejer versos.

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