Ser buenos
Mateo Marco AmorósEste verano ha sido tiempo de relecturas. Volviendo a la infancia nos entretuvimos con las aventuras Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Que nos llevaron hasta otros libros pendientes de Mark Twain. Entre ellos el «Viaje alrededor del mundo, siguiendo el Ecuador» donde cada capítulo arranca con una cita –o dos– del «Nuevo Calendario de Pudd’nhead Wilson». Citas debidas al ingenio del escritor.
Cuando Twain presenta estas máximas, explica con ironía: «Estos retazos de sabiduría pretenden atraer a la juventud hacia elevadas altitudes morales. El autor no los recabó a través de la práctica, sino por observación. Ser bueno es noble; pero enseñar a serlo a otros es más noble aún, y no causa problemas.»
Dejando al margen cualquier sorna, quedémonos con el final: «Ser bueno es noble, pero enseñar a serlo a otros es más noble aún, (…).» Terminando septiembre cumpliré treinta años en la Enseñanza. Siendo lo que queríamos ser, no nos podemos quejar. Dicen que es un lujo trabajar en lo que a uno le gusta. No lo niego. Lujo o no, sé que soy feliz en mi trabajo. Vocación antigua, no se me olvida aquella mañana –tendría yo seis o siete años– una mañana lluviosa en Villena, escasa la luz, colgando mi impermeable en las perchas del pasillo del colegio junto a la chaqueta de mi maestro, don Francisco Navarro. Ahí tengo la sensación de que fue cuando decidí ser maestro. No sé muy bien qué tendrá que ver un impermeable, la lluvia, la chaqueta de mi maestro, la penumbra… pero siento que allí fue cuando decidí ser lo que soy. Y lo que soy me ha permitido enseñar. Eso creo. Y enseñar, además de alguna asignatura, enseñar a ser bueno. Eso creo también. Pero la responsabilidad de educar la bondad no es exclusiva del Magisterio. Mediante cualquier profesión se pueden transmitir noblezas. Así lo hemos vivido este verano con los guías turísticos que hemos conocido. Así con un mecánico, un electricista, un fontanero. Así con un dependiente. Con un camarero. Honrados y profesionales. De eso se trata.
—Sed buenos —nos dijo E.T. El Extraterrestre. De película.
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