Fantasticuloso
Mateo Marco AmorósEl sábado veintitrés de abril, con motivo del Día del Libro, organizada por la Concejalía de Cultura de Bigastro, participamos en una mesa redonda de escritores locales. Que en Bigastro se nos considere «escritor local», ya dijimos que era mucho honor para nosotros. Siendo nuestro vínculo profesional con la población el motivo para esta consideración, más honor todavía. En la mesa solo estuvimos cuatro. Decimos «solo» porque en Bigastro y de Bigastro hay más escritores de talento que también podrían participar. En esta ocasión fuimos:
Dámaris Navarro, autora de «Rútindel», un cuento que es aventura y ternura en el país del ratoncito Pérez. Un cuento que corrobora la querencia de la autora por una literatura infantil que cimiente lectores y personas. También estuvo J.M. Box –Gustavo– autor de «Las crónicas del Adhum» que reivindicó el mundo de la fantasía, construida, en su caso, a partir de un redescubrimiento muy imaginativo, sugestivo y apasionado de las antiguas civilizaciones. Y también participó, como escritor –aunque el diga que no– José Vicente Sarmiento, autor de «Tienes una solicitud de amistad»; libro de obligada lectura para padres y adolescentes en esta sociedad nuestra tan desbordada por una tecnología que lo mismo nos catapulta que nos sepulta. Por nuestra parte, traíamos «Tríptico», ese poemario –tres en uno– sobre el origen, la memoria y el mar, pero aprovechando una reciente experiencia personal vinimos a decir por qué escribimos y qué lecturas y autores suponíamos que habían determinado nuestra vocación escritora.
El acto resultó «fantasticuloso». El adjetivo se lo tomo prestado a una pequeña lectora del libro de Dámaris que así lo calificó. Adjetivo que me trae a la memoria la escena cinematográfica de «La Colmena» en la que el propio Cela representa a Matías Martí, inventor de palabras, «materia prima para el lenguaje». Los que queremos escribir necesitamos materia prima, materia prima y… ¡claro está! lectores.
Por todo ello, agradecemos los desvelos de la concejala de Cultura, Alejandra Moya, como los de Katia Esquiva, Directora de la Biblioteca Municipal de Bigastro, como los del personal técnico municipal; desvelos imprescindibles para que actos así resulten… ¡Eso! ¡Fantasticulosos!
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