Puede que, de momento, no hayamos podido localizar quiénes son los “alter ego” de Woody Harrelson, Robert Redford y Demi Moore. Tampoco sabemos quién hizo la oferta a quién, ni si era monetaria o alcanzaba la cifra del millón de dólares.
Lo que sí sabemos, sin duda alguna, es que la moción de censura pactada entre CLR y PP, para derrocar a Monserrate Guillen como alcalde de Orihuela, parte de una proposición indecente a todas luces.
No vamos a entrar en si lo ocurrido en el salón de plenos del Ayuntamiento la mañana del tres de enero es legal o no, eso será el juez de turno quien lo diga. De lo acontecido podemos analizar tres expresiones usadas:
La expresión “golpe de estado” se utiliza para referirse a la repentina y violenta toma del poder político que lleva a cabo un grupo y que vulnera la legitimidad institucional de un estado. Tras las elecciones municipales del 22/05/2011, ¿el resultado era de mayoría absoluta para el PP de Orihuela ? No. ¿Tenía el PP mayoría absoluta para colocar de alcaldesa a su candidata? No. ¿CLR obtuvo sus votos con la promesa de apoyar a personas imputadas por corrupción? No. CLR quiere utilizar los escaños obtenidos con los votos de sus seguidores para gobernar con imputados. Califican de golpe de estado a aplicar la ley, sin embargo devolver al gobierno a un equipo plagado de presuntos corruptos, vulnerando la confianza de sus propios votantes y la ley antitransfuguismo, ¿qué calificativo merece?
Otra de las expresiones estrella es la de acusar al Alcalde de Orihuela de aferrarse al sillón a cualquier precio. Renunciar a la candidata a alcaldesa en las elecciones municipales de 2011 para que se apruebe desde Valencia la moción de censura del mes de agosto, en un arranque de “medio dignidad”, ¿es asaltar el sillón a cualquier precio? Firmar un pacto en el que se renuncia a todas las concejalías importantes a cambio de que la alcaldesa sea una candidata del PP ¿es asaltar el sillón a cualquier precio? Pactar con dos concejales cuando conviene, y cambiarlos por otros cuando no son útiles para presentar la moción de censura, ¿es asaltar el sillón a cualquier precio?
Como colofón a las frases “brillantes” del día, nos quedamos con la de “los votantes no son tontos y esto se paga en las urnas”. Desde luego esto es así, y el PP de Orihuela conoce muy bien esa sensación en sus carnes desde mayo de 2011. Además, muchos de los votantes actuales, pasamos nuestra juventud en los años 80 y 90 entre conceptos como prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, maquinación para alterar el precio de las cosas y otras “lindezas” que nos hicieron distinguir muy bien entre los honrados y los que no lo son. Y, francamente, estamos hartos de estos últimos.
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