Organizado por las Concejalías de Turismo y de Educación del Ayuntamiento de Almoradí dirigidas por José Antonio Latorre y Susana Miralles respectivamente, 10 clases de 4° de Primaria han tenido ocasión de disfrutar de un gran día visitando el EcoMuseo y descubriendo sus misterios.
“Una mañana repleta de aprendizajes” es como la ha definido Susana Miralles, mientras que José Antonio Latorre destaca que “El alumnado ha aprendido la historia de Almoradí de manera lúdica y divertida”.
A cada uno de los cinco colegios de la localidad se les asignó un día de la semana y cada clase tenía un horario de salida. Un autobús les esperaba en la puerta de sus centros para llevarles al EcoMuseo, la Casa de Huerta reconstruida y rehabilitada como Museo de Etnografía en el que se recrea una casa antigua con sus objetos característicos en cada habitación. La Pedagoga Maite Prego los esperaba para conducirles a la aventura de estar encerrados en ella y poder salir sólo cuando adivinasen las contraseñas de los candados que cerraban sus puertas. A partir de ese momento, docentes y alumnado se implican para que los tres equipos en los que se divide cada clase (Algodón, Viñedo y Alcachofa) consigan salir victoriosos de cada una de las pruebas que les aguardan en sus estancias.
En el despacho de Antonio Sequeros conocen su figura y la de los grandes empresarios almoradidenses Juan y Adrián Viudes aprendiendo las interesantes aportaciones que hicieron a la localidad.
En el dormitorio les espera una divertida prueba sobre el habla tradicional de la huerta, el “panocho”, y la traducción a su lengua habitual. En la entrada deben identificar la historia de los cultivos tradicionales de la huerta de Almoradí, y en la cocina deben reconocer varios objetos y apuntar sus nombres. Consiguiendo superar estas pruebas podrán abrir el candado que les lleva a la siguiente estancia donde reconocerán industrias y tradiciones populares de Almoradí, y si han prestado atención a todo lo aprendido, salir después de una hora de actividad al exterior del EcoMuseo para descubrir un horno tradicional o la balsa del cáñamo.
La aventura acaba y deben volver a las aulas de su colegio. Hoy la lección la han aprendido de otra manera y en otro lugar y con el aliciente añadido de sumar conocimientos y aprecio por su ciudad. Un gran aprendizaje competitivo que recordarán durante mucho tiempo, una gran experiencia.
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