Artículo de opinión de José Aix, vicealcalde de Orihuela
La DANA de septiembre de 2019 supuso un impacto en la Vega Baja que aún hoy, un año y tres meses más tarde, seguimos sufriendo a diario. Son muchas las infraestructuras de nuestros municipios que con el paso de los meses han empezado a mostrar heridas que en un primer momento eran inexistentes: grietas, socavones…
A los pocos días de esta tragedia, el Gobierno valenciano, tan hábil y veloz en la comunicación como pausado en las respuestas, inventó, promovió y hasta puso un buen nombre a un plan -presentado el 17 de septiembre de 2020 coincidiendo con el aniversario de la tragedia- cuya misión es “convertir la catástrofe en una ocasión para impulsar un entorno resiliente que favorezca la regeneración económica y social de la Vega Baja, al tiempo que promueva un desarrollo territorial, absolutamente respetuoso con el medio ambiente, que prepare para futuros episodios de temporales, y que posibilite una mayor vertebración del territorio de la Vega Baja con el resto de la Comunitat Valenciana”, según se recoge literalmente la web del plan de regeneración. ¡El Plan Renhace! ¡Cómo me gusta el nombrecito con esa ‘h’ intercalada tan sugerente!
En los últimos días el PP ha criticado con toda la razón del mundo el rimbombante Renhace argumentando que un alto porcentaje de los proyectos comprometidos son un engaño y que no forman parte del objeto de este plan. Ya era una cuestión que hace semanas habíamos comentado en las áreas de Infraestructuras y Urbanismo de Orihuela, tan necesitadas de respuestas reales desde la Administración autonómica, pero que es importante explicar. Para que me entiendan, el Renhace nació como consecuencia de las inundaciones para abordar la emergencia climática y la necesidad de acometer infraestructuras hidráulicas históricamente reivindicadas en nuestra comarca, sin embargo, ahora todo lo que se hace aquí está incluido en el mismo plan, aunque nada tenga que ver con las lluvias de septiembre del año pasado.
Un estudio de viabilidad de la CV 95, la ampliación del hospital o la adquisición de los juzgados son ejemplos concretos del municipio de Orihuela, pero el mismo paraguas del Renhace sirve para presupuestar la calle Hermanos Rodríguez en Rafal, un centro cultural multifuncional en Dolores o la financiación de las obras en diversos centros educativos. En definitiva y para que no nos engañen, de los más de 111 millones consignados para la Vega Baja en los presupuestos de la Generalitat para 2021 y que supuestamente deberían ir encaminados a paliar los efectos de la gota fría, escasamente la mitad tendrá el destino que se les suponía. Cualquier inversión para nuestra tierra es siempre bienvenida, pero bajo ningún concepto podemos permitir que engañen así a nuestros vecinos. Estén atentos
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