La Diablesa y la figura del Caballero Cubierto, este año encarnado por Antonio Pérez Bas, hacen que la procesión del Sábado Santo de Orihuela sea única
Orihuela celebró este Sábado Santo la que quizás sea la procesión más singular de su Semana Santa, la del Santo Entierro, en la que desfiló el paso de Los Labradores, conocido popularmente como La Diablesa. El único de toda España en el que se representa la figura de un diablo, con cuernos y formas femeninas. Precisamente por su aspecto la imagen tiene prohibido el acceso a las iglesias y la talla, obra de Nicolás de Bussy, permaneció como es habitual fuera de la Catedral del Salvador mientras la procesión hizo parada en el interior de la seo.
La parroquia de las Santas Justa y Rufina fue el punto de partida de la procesión del Sábado Santo que pone en la calle al único Cristo yacente que esculpió Francisco Salzillo. Abrió la procesión el Caballero Cubierto, este año encarnado por Antonio Pérez Bas, portando el pendón negro y la chistera de la que no se descubrió en ningún momento, tampoco para entrar en la Catedral. Un privilegio que otorga a esta figura una bula papal de 1620.
Toda una tradición que aún hoy sigue viva en Orihuela y que hace de esta procesión una de las más curiosas de España y en la que participan miembros de la Corporación municipal, ya que está organizada por el Ayuntamiento de Orihuela, y representantes de los sectores sociales y económicos de la ciudad.
Unas horas antes, el Caballero Cubierto realizó el acto de recepción en el claustro del Colegio Santo Domingo donde se reunieron antiguos nombramientos, la Corporación del Ayuntamiento de Orihuela, quien designa este cargo, y multitud de gente que quiso arropar a Antonio Pérez Bas antes de salir como portaguión de la procesión del Santo Entierro.
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