Sol riente

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Mateo Marco Amorós / Nostalgia de futuro

Joaquín Marín / Fotografía

Hace días, científicos de la NASA han llamado nuestra atención y nos han instruido sobre un peculiar fenómeno propio del sol, el de su «sonrisa». Según divulga Héctor Rodríguez en NATIONAL GEOGRAPHIC «estos parches oscuros del Sol se conocen como agujeros coronales y son regiones donde el viento solar sale expulsado rápidamente y a borbotones hacia el espacio. Cuando se produce una tormenta solar, el Sol libera enormes ráfagas de energía en forma de erupciones solares y eyecciones de masa coronal».

Sin menosprecio hacia las razones científicas, la imagen del sol riente apenas nos ha sorprendido porque es la imagen del sol que cultivamos en nuestros dibujos infantiles, grabada en nuestra memoria. Al margen de que no me puedo vanagloriar de haber sido ni de ser un buen dibujante ni aficionado al dibujo, cuando de niño pintaba algún paisaje siempre delineaba un sol sonriente por encima de las montañas, entre algunas nubes. Un sol como el que todavía pintan los niños. Radiante con ojos y boca, riendo a sus anchas. «Sol, solete, ríete» se titula un libro de iniciación a la lectura de Rosa Boixaderas y Roser Ros en la simpática colección «Pinto pinto gorgorito» de la editorial Onda.

También dibujaba la sonrisa del sol cuando dibujaba una playa con sus sombrillas, toallas, bañistas y castillos de arena en la orilla, destacando encima del horizonte de mar un sol luminoso con ojos y boca riendo. Y también en el cielo una avioneta con un anuncio publicitario ondeando. Alguna nube y… Y en el mar, no sé por qué, siempre una lancha tirando de un esquiador acuático. Y un barco de vela.

La imagen de la sonrisa del sol me ha traído sonrisas de la infancia, su calor y mis torpes dibujos. Y la infancia con mis torpes dibujos, la calle. En Villena. La calle en el Carril –calle Sancho Medina– y la calle en el Paseo de Chapí y el Parterre. Calles con su sol frío húmedo de invierno y con su sol seco cegador de verano. Soles de mi infancia. Soles rientes en mis torpes dibujos. Recuerdos a borbotones.

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