Siglas sobre siglas

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Mateo Marco Amorós / Bardomeras y meandros

Joaquín Marín / Fotografía

Empiezo a sospechar que en la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana existe un gabinete de sabios dedicado en exclusiva a inventar siglas para llamar a las cosas que nos ocupan cotidianamente en los colegios e institutos. Y que en muchas ocasiones buscan con afán e imaginación el que el acrónimo coincida o suene a palabra hecha pero significando distinto a la palabra conocida. La última o penúltima que nos ha llegado es la de PROA, equivalente a Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo. Pe, ere, o, a: PROA.

Mejor PROA que POPA por lo de ir por delante, aunque para POPA, ya puestos, podríamos sugerir Programa de Orientación para Profesorado y Ampas. Orientación que no vendría mal para navegar en este maremágnum de siglas. No demos ideas porque estando en el mismo barco también cabría ESTRIBOR, BABOR y… Y lo que se nos ocurra. Tiempo al tiempo. No sé si tanta innovación, y al cabo márquetin para decir las cosas, evitará el naufragio que siento con tanta derrota conceptual por un lado orientativa por otro legislativa. Pero despista mucho cambiar los envoltorios cuando los objetivos son los de siempre: educar en libertad, en respeto y tolerancia, en espíritu crítico, creatividad, sapiencia y sensibilidades. Educar.

Frente a la sencillez, parece que este lenguaje que precisa traducirse a la sociedad es muy del gusto de pedagogías que se empeñan en enmarañar lo llano pretendiendo conceptos crípticos más propios de chamán de tribu que de persona que necesita hacerse entender. Los docentes necesitamos que se nos entienda. Y que hablemos con claridad de nuestros proyectos. Con palabras sencillas.

Cuando hice la EGB –sigla– y luego el BUP y el COU –siglas– no hablábamos con tantas siglas. O eso creíamos porque decíamos Mercado Común Europeo o Comunidad Económica Europea y no MCE o CEE. Pero luego nos tocó decidir sobre la OTAN y… Y ya decíamos directamente OTAN. Y sí o no. O algunos que no querían decir OTAN porque antes habían dicho «OTAN, no» o «De entrada no» y luego dijeron «OTAN sí» decían NATO. Siglas sobre siglas.

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