Los vecinos del Escorratel recuerdan la tragedia y el alcalde Emilio Bascuñana reclama infraestructuras para evitar otra tragedia
Se cumplen dos años desde que la DANA (Depresión Aislada en niveles Altos) asolara la Vega Baja con inundaciones en prácticamente todas las localidades de la comarca. Una de las ciudades más afectadas fue Orihuela y, dentro de la localidad, el barrio del Escorratel. En este punto el alcalde del municipio, Emilio Bascuñana, y los vecinos han reclamado que se lleven a cabo las actuaciones necesarias para evitar un episodio tan trágico como el de septiembre de 2019.
“Dos años después todo sigue igual, no hay obras, no hay proyectos definidos ni presupuestos”, ha denunciado Bascuñana. El primer edil ha definido como actuaciones hidráulicas y en infraestructuras prioritarias como mejorar la CV-930, canalizar la rambla de Abanilla, ensanchar el cauce del río Segura de Orihuela a Guardamar del Segura, así como del Reguerón o la rambla de Tobala. “Necesitamos esas obras para dejar de vivir atemorizados”, ha dicho.
El alcalde oriolano ha aprovechado la presencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en la localidad de Almoradí para reclamarle “más compromiso” con la comarca dentro del Plan Vega Renhace. “Si no se nos ayuda desde las demás administraciones, Orihuela sola no puede salir”, ha señalado mientras ha recordado que instalaciones como el Centro Ocupacional Oriol o el CRIS, que quedaron arrasadas por las lluvias, continúan sin soluciones definitivas.
El Ayuntamiento oriolano cifró en 25 millones de euros los daños ocasionados por la DANA en infraestructuras municipales, a lo que se suma los daños personales de los vecinos así como los comerciantes o los agricultores.
Tras el Escorratel el alcalde Emilio Bascuñana se ha desplazado a otros puntos también muy afectados por las inundaciones como el Polígono Industrial Puente Alto o la pedanía oriolana de el Badén.
Un barrio asolado
Los afectados por la tragedia nunca olvidarán aquel 12 y 13 de septiembre de 2019. Las pérdidas más importantes se dieron en el campo y en viviendas de la localidad. Este fue el caso de Teresa Solá, una vecina de el Escorratel que no daba crédito a lo que vieron sus ojos cuando llegó a su casa y descubrió que había entrado un metro ochenta de agua que había dejado el inmueble completamente destrozado. Por fortuna ella se encontraba de viaje en Galicia “porque si hubiera estado aquí ahora estaría en el cementerio”, relata. Teresa necesitó más de ocho meses para volver a su casa, tiempo que pasó de alquiler en el centro de Orihuela.
La Asociación de la Tercera Edad del Escorratel había organizado justo en la semana de la DANA un viaje a tierras gallegas, esto hizo que algunos vecinos se encontraran fuera de sus hogares en el momento de la inundación. A otros los tuvieron que rescatar los bomberos porque el agua había entrado a sus viviendas de planta baja.
“Aquí estamos siempre mirando al cielo pero de siempre por culpa de la Rambla de Abanilla, porque nadie se acuerda de nosotros”, explica el presidente de la Asociación de la Tercera Edad de El Escorratel, quien relata que “por el barrio nunca había venido el agua con tanta altura, fue terrible”.
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