En 2014 se registraron 17 altas por golpe de calor en los hospitales de la región. La división en 30 zonas termoclimáticas permite establecer actuaciones adaptadas a las necesidades locales
La Conselleria de Sanidad ha iniciado el sistema de vigilancia meteorológica para el programa de prevención y atención a los problemas de salud derivados de las temperaturas extremas de la región ‘Ola de Calor 2015’, que se extenderá hasta el próximo 30 de septiembre, salvo que las condiciones meteorológicas impliquen su modificación puntual.
Esta iniciativa se desarrolla en todo el territorio con las condiciones específicas necesarias en cada departamento de salud y se activa en la región cada verano, desde el 2004, con el fin de “prevenir, minimizar y evaluar los impactos en la salud de la población derivados de las altas temperaturas en la comunidad, con especial atención a la posible aparición de olas de calor”.
La fundación del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) colabora con Sanidad en la elaboración del programa desde el año 2006, cuando comienza a utilizarse un sistema propio de vigilancia metereológica para la Comunidad Valenciana.
De este modo y teniendo en cuenta la división termoclimática de la región en 30 zonas homogéneas y las temperaturas umbrales definidas para cada zona, diariamente se elaboran mapas de riesgo que muestran los niveles de temperatura previstos con cuatro colores (verde, amarillo, naranja y rojo).
Estos niveles de temperatura se asocian a cuatro niveles de intervención y cada uno lleva vinculadas una serie de actuaciones. Los mapas proporcionan información para tres días consecutivos, son actualizados diariamente y se encuentran disponibles en las respectivas webs de Sanidad (www.sp.san.gva.es y https://cuidatecv.es) y la CEAM (www.ceam.es/ceamet).
Se considerarán los niveles de riesgo climatológicos como de actuación en salud pública cuando las predicciones sean del mismo nivel en los dos primeros días (hoy y mañana), mientras que un único día en un nivel superior implicará solo un estado de alerta para atender a la posible concreción del exceso de temperaturas.
La Dirección General de Salud Pública podrá incrementar los niveles de riesgo previstos por el sistema de vigilancia meteorológico si la información sanitaria o epidemiológica así lo aconseja.
Así mismo, para el fenómeno de ola de calor se definen cuatro niveles de actuación preventiva (0, 1, 2 y 3).
De forma general, si durante los dos primeros días no se rebasan los 35 grados, el nivel asignado es cero, mientras que el nivel 1 se asignará siempre que los dos primeros días se excedan los 35 grados.
Por su parte, el nivel 2 se establecerá siempre que la temperatura exceda los 39 grados durante los dos primeros días y, el nivel 3, siempre que se espere exceder los 41 grados en los dos próximos días.
Aunque como cada zona climatológica tiene adjudicados unos umbrales específicos de riesgo en función de sus características, se puede superar los respectivos niveles 0, 1, 2 y 3 sin alcanzar esas temperaturas.
La Dirección General de Salud Pública también puede declarar los respectivos niveles 0, 1, 2 y 3 si hay un incremento significativo de la morbimortalidad o de la demanda asistencial relacionada con el exceso de temperaturas.
Golpe de calor
El golpe de calor es un cuadro médico grave que se produce cuando el cuerpo no es capaz de regular su propia temperatura. Los efectos que puede provocar son deshidratación, insolación, cefalea, fatiga, calambres musculares, náuseas, taquicardia, ahogo y pérdida de consciencia, coma e, incluso, la muerte.
En el 2014 se registraron 17 altas en los centros hospitalarios de la Comunidad Valenciana por golpe de calor. En concreto, 12 personas fueron atendidas en urgencias y cinco de ellas requirieron ingreso.
Por provincias, se registraron tres altas en la provincia de Castellón, de las que dos fueron atendidas en urgencias y una requirió ingreso, mientras en Valencia se produjeron cinco altas (dos urgencias y tres ingresos) y en Alicante se notificaron nueve altas por este motivo, de las que ocho fueron atenciones en urgencias.
Grupos de riesgo
Ante las temperaturas elevadas, los grupos de riesgo a los que hay que prestar especial atención son las personas mayores, que son más vulnerables, ya que sus sistemas de termorregulación son menos eficientes y pueden presentar dependencia física.
Las personas con enfermedades crónicas (diabetes, insuficiencia cardíaca, respiratoria, renal o hepática) que pueden descompensar su situación clínica y empeorar súbitamente por el calor, lo niños, las personas con movilidad reducida o con obesidad, los deportistas y las personas que realizan trabajos o esfuerzos físicos importantes soportando altas temperaturas.
Este último año, la bibliografía científica también aconseja vigilar la relación salud-temperaturas en las mujeres embarazadas.
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