Desde la perplejidad contemplamos, los ciudadanos de Orihuela, la ocurrencia de un grupo político municipal obstinado en peatonalizar La Avda Teodomiro. Un hecho que pretende pasar desapercibido pero que supone una transgresión urbanística de primera magnitud, que busca destruir “Los Andenes” de nuestra ciudad y cambiar la configuración de un entorno, sin reportar el más mínimo valor de cambio.
El “Paseo de los Andenes” se ha convertido ya en el lugar de referencia de Orihuela, en uno de los lugares más emblemáticos y atractivos de la ciudad, en un punto de concentración, de encuentro y convivencia ciudadana; por ello cambiar de un modo caprichoso la fisionomía de “los andenes”, ejecutando proyectos ocultos con nocturnidad, constituye una frivolidad política que tendrá la oportuna respuesta ciudadana por parte de quienes somos respetuosos con la estructura urbanística de nuestra ciudad y queremos resaltar los entornos históricos monumentales y distintivos de Orihuela.
No entendemos por qué, en el tiempo de crisis que vivimos, no ha quedado desterrada definitivamente de la mente de nuestros políticos la cultura del hormigón y del ladrillo. Estamos viviendo las consecuencias del estallido de una burbuja financiera, en gran parte provocada por la concentración de capitales con destino a la financiación de obras públicas y privadas; pero algunos todavía no han aprendido la lección y perseveran en el error priorizando proyectos de obras sin sentido que constituyen auténticas aberraciones urbanísticas.
Si pretenden hacer tabla rasa de la estructura existente con un proyecto de obras que, al parecer, no ha sido sometido a información pública, y sobre el cual no se ha hecho acopio de los medios de financiación necesarios; si de un modo obstinado se enfrentan a los vecinos del barrio y a la voluntad de los ciudadanos, cometerán un grave error de consecuencias económicas muy negativas para los establecimientos comerciales de la zona y con un valor de retorno negativo para el conjunto del municipio.
Pedimos, a los políticos que tienen la responsabilidad de gobierno del Excmo Ayuntamiento, y a la oposición que permanece silente otorgando el proyecto, que reflexionen y que reorienten sus prioridades para cubrir las necesidades, que son muchas, en Orihuela; que de una vez por todas reasignen los recursos escasos que provienen de nuestros impuestos con criterios de optimización, de eficacia y eficiencia económica.
Porque nos gustaría que Orihuela fuera un lugar atractivo para hacer negocios, que desde el Ayuntamiento se motivara el talento de los ciudadanos y se instrumentaran políticas de emprendimiento artístico y tecnológico, que se restableciera el valor histórico de nuestra ciudad y se potenciara su atractivo turístico, cultural, gastronómico y de ocio.
Y como nuestro insigne poeta, en la carta remitida a su amigo Pablo Neruda, nos despedimos: “Aquí, aquí en mi pueblo, en mi casa, en mi huerto, con mi limonero y con mi problema, espero angustiado su contestación.
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