Mateo Marco Amorós/ A cara descubierta
Joaquín Marín / Fotografía
Entre las acepciones que los diccionarios atribuyen a «remoquete» está la de «apodo o mote ingenioso que se le pone a una persona.» También la de «puñetazo dado en el rostro, especialmente en las narices.» Al cabo primer y último significados casan. Hay motes que duelen como puñada en la cara.
Cuentan que recién llegado un secretario al ayuntamiento de una localidad, el ordenanza que le recibió le advirtió que llevara cuidado, porque era costumbre en la población el «bautizar» a todo el mundo con un mote. El secretario, dando las gracias al funcionario, despidiéndose hasta el próximo día, le dijo que no se preocupara, porque eso, siendo él tan precavido como era, jamás le pasaría. A lo que el ordenanza le despidió, saboreando cada palabra, con un «hasta mañana, Precavido». Y con «Precavido» se quedó aquel secretario para la posteridad.
Si algo nos ha divertido en el abominable cenagal de la corrupción, y la corrupción no es cosa para bromas, ha sido el uso de motes entre implicados. Algunos más propios de zarzuela o comedia de enredo –por no decir de mafiosos o bandidos– que de ámbitos empresariales y políticos honrados. Precisamente por esto los apodos son como son o eran como eran. Porque ni buenos empresarios en el buen sentido de la palabra empresario, ni buenos políticos en el buen sentido de la palabra político. Así, por ejemplo, en la trama valenciana del caso Gürtel: el-tuerto, el-cantante, el-príncipe… Y en el Brugal de la Vega Baja, como informaba hace años A.S. Mollá en la edición alicantina de EL MUNDO (07.11.2010), Don-Pin-Pon, el-sheriff, los-monicacos, la-jefa-de-los-monicacos, dios, el-jefe, el-tío-de-Barcelona, el-primo, el-del-bigote, el-que-se-fue-a-Sevilla, el-obispo, el-sacristán, el-párroco-de-Alicante… O entre los Pujol lo de Madre-superiora, Capellán…
En mi pueblo, como en tantos pueblos, se gastan mucho los remoquetes. Don José María Soler los recogió en el «Diccionario villenero». Los hay antológicos. Algunos, vendrían bien para los corruptos. Por ejemplo: Ande-cago, Árbol-sin-sombra, Caga-ollas, Caparranas, Cara-mierda, Cerdo-con-tirantes, Chora-almendras, Donde-cago, Imbécil, Ladillas, Lameculos, Listo-tonto, Tonto-listo, Tonto-tonto, Maestro-veneno, Mal-huele, Mamón, Microbio, Mierda, Moco-frito, Ojo-peo, Paticas-de-cochino, Pestuza, Potas, Preña-burras, Puto, Quita-padres, Tía-viruela, Veneno, Venéreo… Como para no ser precavido.
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