Profesionales de Ribera Salud advierten del peligro de una coinfección “gripe estacional-COVID”

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Intensivistas y especialistas en Medicina Preventiva reconocen que los síntomas son muy similares, salvo la pérdida del olfato y el gusto

El primero otoño con contagios por COVID está lleno de incógnitas, sobre todo por la convivencia del coronavirus con el virus de la gripe estacional, que cada año afecta a decenas de miles de personas. En la semana en la que han empezado las campañas de vacunación de la gripe en muchas comunidades autónomas, el jefe de Medicina Preventiva de Ribera Salud en los hospitales de Torrevieja y Vinalopó, Vicente García Román advierte: Se desconoce la gravedad de una coinfección del virus de la gripe y el COVID. Y por este motivo, “es más importante que nunca la vacuna de la gripe”, que ya han comenzado en todos los hospitales del grupo sanitario.

En la misma línea se ha pronunciado el jefe del Servicio de Medicina Intensiva de Ribera Salud en el Hospital Povisa (Vigo), Javier de la Fuente. “Sin duda, es muy importante y aconsejable ponerse la vacuna siempre, pero este año más, porque si volvemos a sufrir una epidemia de gripe estacional, como ha ocurrido otros años, pero esta vez coincidiendo con el COVID, podría producirse un incremento dramático de la mortalidad”, ha explicado.

Los profesionales de Ribera Salud explican que un factor que complica la convivencia de estos dos virus es la gran similitud en la sintomatología. “El diagnóstico diferencial entre la gripe estacional y la infección por SARS-COV2 es complejo”, asegura el doctor García Román. A esto hay que sumar el gran número de asintomáticos en el caso del COVID. “Los síntomas más comunes del coronavirus son fiebre, tos y dificultad respiratoria, mientras que el cuadro inicial típico de la gripe suele ser fiebre y escalofríos, acompañado de dolor de cabeza, congestión nasal, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito y tos seca”, explica. El constipado convencional no suele cursar con fiebre.

Con el doctor García Román coindice el doctor de la Fuente, que añade que “los únicos síntomas que pueden orientar un diagnóstico hacia la COVID son la pérdida del gusto, conocida como ageusia, y sobre todo el olfato, que conocemos como anosmia”. Estas dos manifestaciones “son mucho más frecuentes en pacientes con COVID que con gripe”, indica.

Por este motivo, en opinión del Intensivista jefe de Povisa, “a partir del sexto mes de vida, debería vacunarse el mayor número de ciudadanos posible”. Una opinión generalizada entre los profesionales de Ribera Salud, como asegura la doctora Stephanie Ngo Pombe, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de Torrejón. “Es importante, sobre todo para la población de riesgo, vacunarse de la gripe estacional porque el coronavirus continúa circulando y con la vacuna de la gripe, eliminamos al menos esa causa de infección”.

¿Quién es población de riesgo? Los profesionales de Ribera Salud señalan:
• Las personas mayores de 65 años, debiendo hacer hincapié en aquellas personas que conviven en residencias.
• Personas con menos de 65 años que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe.
• Menores, a partir de los 6 meses, y adultos con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias. Adultos con diabetes mellitus, obesidad mórbida, enfermedad renal crónica, síndrome nefrótico, enfermedad hepática crónica o enfermedad neuromuscular grave e inmunosupresión.
• Menores entre 6 meses y los 18 años que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
• Mujeres embarazadas en cualquier trimestre.
• Personas que pueden trasmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones: personal de los centros, servicios y establecimientos sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria, pública o privada. Personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermeros crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables. Estudiantes en prácticas en centros sanitarios. Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores y, personas que conviven en el hogar, incluidos los menores a partir de los seis meses de edad, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo.
• Otros grupos como el personal de servicios públicos esenciales (fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, bomberos, servicios de protección civil, personal de centros de menores, instituciones penitenciarias, centros de acogida de inmigrantes etc) así como personas con exposición laboral directa a aves domésticas o a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas y también a aves silvestres.

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