Son muchos los ciudadanos que afirman que no van a ir a votar el día 25 y cada uno esgrime los argumentos que le parecen más oportunos para desahogar su frustración, su desencanto, su desafección política.
Vivimos en tiempos revueltos. Vivimos en tiempos enmarañados, difíciles e inciertos. A nadie se le escapa que estamos asistiendo al fin de una época y, como todos los finales, sentimos la desazón, el dolor y la incertidumbre. Sin embargo, permítanme que les cuente la parte positiva y esperanzadora que yo veo en todo esto.
Para empezar, siempre que una crisis se instala en nuestra vida, sea política, económica o social, la historia nos confirma que ha sido para mejorar el futuro.
En lo tocante a Europa, es seguro que tenemos muchísimos asuntos pendientes en la mejora de la democracia, las instituciones y la decencia política, pero no me negarán que, si miramos los siglos pasados, la humanidad camina hacia un mundo más justo, más pacífico y más tolerante.
Y quien lo dude, sólo tiene que recordar los siglos en que la esclavitud, el asesinato impune de los campesinos, la miseria, el totalitarismo de los reyes, la inseguridad, la crueldad con las mujeres, la esclavitud sexual de la infancia, la explotación de los obreros…eran legales y habituales, por poner unos ejemplos.
Hace muchos años que Europa se libró del infierno que era el mundo. Y digo Europa porque en muchos países del planeta, aún hoy, los obreros, los niños y las mujeres siguen viviendo en el infierno de la explotación, la violencia, la esclavitud, la prostitución forzosa, la masacre totalitaria o la represión religiosa.
En fin, que a los que afirman que eso de Europa no les concierne, que tener un parlamento europeo no sirve para nada, que los eurodiputados no nos hacen falta, que es muy caro mantener la corte de Bruselas…sólo tengo que decirles que hay mucho, mucho que mejorar y en eso estamos, pero si alguien cree que ser ciudadano español, libre, con derechos civiles, laborales y sociales se ha conseguido sin Europa, con todos mis respetos, que revise su ignorancia.
España es lo que es, para lo bueno y para lo malo, gracias a que hace más de 25 años decidió ingresar en la Unión Europea, ser parte de un proyecto económico, social y cultural donde los derechos humanos tienen un papel fundamental.
Por tanto, aquellos que abominan de las elecciones europeas, aquellos que con el café, copa y puro escupen sobre esta España y esta EUROPA que nos ha convertido en los ciudadanos más libres y con mas derechos del mundo deberían callar un minuto y pensar en sus padres, en sus abuelos, en sus antepasados y sentirse más orgullosos de haber salido de un infierno donde aún arde medio mundo. Y si no pregúntenle a las niñas nigerianas qué no darían por ser europeas.
Europa es una utopía en construcción desde la Segunda Guerra Mundial, un camino de esperanza, paz y convivencia. Así lo veo, así lo creo y por ello te pido que ayudes a moverla.
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