Por el urbanismo les conoceréis. «El PP y CLR imponen la tradición del urbanismo sin control en el pleno sobre el PGOU y prefieren que Orihuela siga tocando el fondo», debería ser el titular, más bien. O quizá, también: «el PP y CLR no quieren que el PGOU se pueda exponer para que los vecinos vean el trabajo realizado y puedan alegar durante 3 meses».
Además de ser concejal (lo que no deja de ser una circunstancia temporal), soy un vecino. Yo soy un vecino. Y quiero ver qué trabajo se ha realizado. Y quiero tener la posibilidad de estudiar ese trabajo, validarlo o alegarlo convenientemente. Quiero poder hacerlo. Y quiero que todo el mundo lo haga, el PP y CLR también. Quiero saber qué alegan, qué proponen, cuántas alternativas propias presentan. Quiero que trabajen durante esos tres meses. Y con más razón si las próximas elecciones municipales son dentro de nueve meses.
El concejal de urbanismo, Antonio Zapata, ha argumentado que «la conveniencia de aprobar ahora la versión preliminar del PGOU radica en la opción de no regular este proyecto por la nueva Ley, dado que los técnicos se verían obligados a modificarlo». Pero a la hora de hablar de «este proyecto», solo se refería a la versión preliminar y no al conjunto del nuevo plan, que no lo será –nuevo- hasta que se termine. No era difícil discernirlo cuando lo dijo, y tener claro que lo que se ha querido exponer es solo el trabajo realizado hasta ahora, dentro de las distintas fases o tramos por las que pasa la redacción de un PGOU a lo largo de años. Años. Con todas sus incidencias no previstas. Incluida la adaptación a la nueva ley, en un posterior escalón.
La portavoz de los populares, Mónica Lorente, ha justificado el voto en contra de su grupo al alegar que la LOTUP, que entrará en vigor el próximo día 20, es «más fácil, ágil, transparente, cuenta con mayor seguridad jurídica y da más autonomía a los ayuntamientos». Bla-bla-bla. Bien. ¿En qué va a ser más ágil? De momento, aplazamos el desarrollo del PGOU hasta el mandato de la corporación municipal siguiente. También, impedimos que la gente vea, mire, observe, estudie, se haga una composición, de por dónde van los tiros de cada uno. También, se ahorra el «trabajazo» de ser partícipe directo (el PP) de las alegaciones o propuestas de mejora o de modificación a lo expuesto, en igualdad de condiciones con los vecinos. Nos lo limpiamos, y se queda así, todo el proceso parado de nuevo. Niquelado. Unión Europea de por medio. Que las grandes palabras no falten. Y con mayúscula. Gran defensa de la LOTUP (la nueva ley urbanística valenciana, que trata de poner en orden la maraña normativa que han dejado los años locos de la burbuja inmobiliaria), del PP, en la que sólo han admitido 17 de las 237 enmiendas presentadas por la oposición en las Cortes Valencianas. La misma que habría hecho de la LUV (la anterior ley urbanística valenciana, que solo les ha durado 9 años y permitió a troche y moche la especulación desaforada). Para Lorente, las cosas, cuando no conviene bajar al meollo de lo concreto, hay que tratarlas por elevación. Para que la gente crea que todo eso no le es alcanzable, que es cosa de políticos.
¿Cosa de políticos? Caray. Pero si lo que decidan me va a afectar directamente. Me está afectando, y cómo, cada día. Así que la gente tiene que decidir que quiere estar ahí, que quiere ver, comprobar, hacer seguimiento, vigilar. Y que cualquiera que me quiere marear o quiere regatear mi participación, debe darme explicaciones o se las daré yo con el voto. Y con más vigilancia, porque no me fío.
Lo único que han conseguido, y es mucho una vez más, es frenar el proceso de elaboración del Plan General, que lleva unos ocho años de retraso, y aplazar su desarrollo normal, que es la forma que tienen de condicionarlo y paralizarlo. Nada nuevo por otra parte. Ya lo hicieron con el anterior PGOU, a mediados de los ochenta, resolviéndolo con un plan que seguía las pautas del original de los 60, aquel que ya se había llevado por delante buena parte del casco urbano tradicional y generó, en el resto del municipio, el imperio del desgobierno urbanístico a merced de los promotores y los aprovechados.
Que Lorente se escude en «las prisas» que observa en el gobierno local, no deja de ser un sarcasmo. Pues la elaboración del PGOU comenzó con ella de alcaldesa, y basta repasar lo que decía a finales de noviembre de 2010 para comprender que miente y adapta su discurso a la coyuntura del momento. O comprobar lo que se debatió y votó en pleno, a fines de enero de 2011, en el que acordó «iniciar consultas ciudadanas para la futura elaboración del PGOU” con el apoyo de Los Verdes, y ver que ahora vota contra una exposición pública de tres meses, para todos los vecinos e interesados, porque no le conviene. No porque no le convenga a los vecinos enterarse de cómo avanzan los trabajos del Plan y en qué punto se encuentran.
Que Mancebo censure que el plan mantiene la construcción de «más de 24.000 viviendas en la costa» es un argumento falaz. En realidad está criticando al PP, pero no lo sabe. Porque esas previsiones urbanísticas vienen de antes, de los tiempos de Medina, de Rodríguez Barberá y de Lorente, padre e hija. Con P.A.I. (planes de actuación integrada) de por medio. Y no se pueden levantar así como así. Por eso los técnicos redactores del Plan las mantienen, no por otra razón, no porque haya «intereses ocultos» del PSOE y Los Verdes. Los intereses, señor Mancebo, ya se repartieron. Ahora, lo mejor que podemos, gestionamos miseria.
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