Orihuela Sin Barreras alerta de que el Ayuntamiento concede licencias de apertura a establecimientos pese a que no cumplen con la normativa de igualdad de oportunidades y accesibilidad de las personas con discapacidad
La presidenta y vicepresidenta de Orihuela Sin Barreras en la pantalla inaccesible de la Oficina de Turismo
Entrar en una tienda de ropa, tomar un café en un bar o coger un autobús para desplazarse. Actividades cotidianas que conforman nuestro día a día pero que se convierten en una verdadera odisea para las personas con movilidad reducida en Orihuela. El colectivo Orihuela Sin Barreras ha vuelto a denunciar la falta de interés en materia de accesibilidad por parte del equipo de Gobierno (PP y C’s) que “no ha hecho nada desde 2015. No solo no hemos avanzado sino que hemos retrocedido como diez años”, asegura la presidenta Carmen Díaz.
El motivo es que el Ayuntamiento está otorgando licencias de apertura a nuevos establecimientos pese a que muchos de ellos no cumplen con la normativa vigente en accesibilidad. Basta con realizar un recorrido por las calles de la ciudad para advertir que muchos establecimientos comerciales y hosteleros incumplen la normativa. Algo que es especialmente “sangrante” en los que son de reciente apertura. Escalones de entrada que superan los 3 centímetros o ausencia de rampas inclinadas adecuadas son algunos de los incumplimientos reiterados a los que el Consistorio no pone freno. El motivo, según le han trasladado responsables municipales a Orihuela Sin Barreras, es que el Ayuntamiento no cuenta con una brigada de inspección que denuncie estas infracciones. “No es una excusa. Están incumpliendo las normativas vigentes de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad”, denuncia Díaz.
En este sentido, critican que la Ley Omnibus aprobada en 2012, que prima la apertura de locales con una declaración responsable, ha supuesto un gran paso atrás en materia de accesibilidad. Ya que aunque se agiliza la concesión de licencias para abrir un establecimiento, no existe control sobre en qué circunstancias se abre. Esto permite que puedan ponerse en funcionamiento nuevos locales que tienen barreras para las personas con movilidad reducida. Es el caso de establecimientos de reciente apertura, por ejemplo, en la Avenida España, en Obispo Rocamora o en la calle San Pascual. “Venimos haciendo hincapié en esta problemática en las diferentes mesas de accesibilidad pero no se hace nada”, señala.
Descontrol en la vía pública
El colectivo también denuncia el “descontrol total” de ocupación que existe en la vía pública. Mesas y sillas de establecimientos hosteleros se colocan en la calle suponiendo un verdadero obstáculo para personas con discapacidad e incluso sin ella. “Hay gente muy indignada con esto porque en muchos sitios no hay espacio para que los peatones pasemos”, explica Carmen Díaz. En este punto también se incumple la normativa en accesibilidad puesto que hay en calles en las que no se respeta el espacio de metro y medio que debe haber entre el obstáculo –en este caso las sillas y mesas- y la acera. Un claro ejemplo, indica, es la calle Meca que recientemente se ha cerrado al paso de vehículos y que cuenta con sillas y mesas de dos bares en medio del vial. Las aceras son estrechas y las personas con movilidad reducida ya no pueden transitar por allí. “No puedes cerrar una calle en beneficio de un empresario perjudicando a la ciudadanía”, denuncia la presidenta de Orihuela Sin Barreras.
El colectivo recuerda que desde 2012 están a la espera de la aprobación de la Ordenanza de Urbanismo y modificación de la Ocupación de vía pública y terrazas. Ya que por orden del Ayuntamiento se están retirando las tarimas como soporte de terrazas instaladas en la calzada, “con el simple motivo de que este sistema no consta en nuestra ordenanza, cuando otros puntos que si recogen no se cumplen”.
Transporte inaccesible
Orihuela carece de una ruta regular accesible en el transporte público. Una persona con movilidad reducida no puede ir al Hospital Vega Baja en autobús puesto que no están adaptados. “O tienes tu propio vehículo acondicionado o tienes que pagarte un taxi”, denuncia Belén Cascales, vicepresidenta de Oreihuela Sin Barreras. En la estación de trenes no está implantado el sistema Atendo de Renfe, especializado en atención a personas con discapacidad en materia de transporte ferroviario.
Edificios públicos
Otra de las cuestiones que Orihuela Sin Barreras pone sobre la mesa es la falta de accesibilidad en edificios públicos, concretamente en el Auditorio de La Lonja y en el Teatro Circo, aunque esto parece más cerca de resolverse. En la actualidad, el teatro no cuenta con una zona para personas que acuden con sus sillas de ruedas por lo que normalmente se ubican en la zona de platea “pero cortamos el paso y no hay sitio para nuestros acompañantes”, denuncian. Para acceder al escenario en silla de ruedas es necesario acceder por la puerta trasera, ya que no hay ninguna forma de subir desde el interior del propio teatro. En caso del auditorio de La Lonja la situación es peor, ya que no hay posibilidad de subir al escenario.
El colectivo tiene una reunión próximamente con la responsable de Cultura para tratar este tema, puesto que desde la Concejalía que dirige Mar Ezcurra ya se anunció una intervención en diferentes instalaciones culturales para hacerlas accesibles. Ya existe un estudio técnico que recoge todas las deficiencias en esta materia.
Pero son muchos puntos los que requieren ser atendidos. Por ejemplo, la Concejalía de Turismo instaló una pantalla táctil en la Turist Info de la plaza de la Soledad que no pueden usar personas que vayan en silla de rueda. Un bordillo impide que puedan llegar a la pantalla. Es solo un ejemplo más de que no se tiene en cuenta a las personas con discapacidad. “Llevamos años pidiendo una página web que recoja los puntos turísticos que son accesibles e información sobre accesibilidad”, reclama Díaz.
Orihuela Sin Barreras ha achacado todas estas carencias a una “dejadez absoluta” por parte del Ayuntamiento. “No les importamos nada y somos molestos”, denuncia Carmen Díaz, quien ha calificado de “muy triste” que no se tengan en cuenta las demandas de las personas con discapacidad reducida, que están recogidas y amparadas legalmente.
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