‘Escuela de espalda’ es el primer escalón en el tratamiento y la prevención del dolor. Su objetivo es concienciar sobre la importancia del ejercicio para la protección de la columna
El servicio de Rehabilitación del Hospital Vega Baja ha puesto en marcha el programa ‘Escuela de espalda’, ideado como una opción más al tratamiento de los pacientes con dolor lumbar. Esta iniciativa es el primer escalón en este tratamiento y la prevención de esta dolencia. En concreto, es a través de las consultas de atención primaria o especializada de traumatología o reumatología, cuando los pacientes son derivados al servicio de Rehabilitación del hospital y, desde allí, el médico decide, en función de la patología, incluir al paciente en el programa.
La primera actividad de la ‘Escuela de espalda’ consiste en una charla informativa a los pacientes, donde se les enseña unas nociones básicas de fisiología, anatomía y biomecánica postural. Durante este encuentro, se les hace entrega a los pacientes de una documentación que incluye una guía para la conservación de la espalda, así como un cuestionario sobre la incapacidad que les provoca el dolor lumbar.
«Uno de los objetivos de la escuela de espalda es proporcionar información a los pacientes que provoque un cambio en la actitud ante la percepción del dolor, así como dar a conocer la importancia del ejercicio y la buena forma física como pilar significativo para la protección de la columna», ha afirmado la médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación, María Amparo Segarra.
Tras esta primera actividad, todos los pacientes acuden a las unidades de rehabilitación de sus centros de salud para empezar con el aprendizaje de los ejercicios que llevarán a cabo en casa.
De hecho, «este periodo de aprendizaje dura de unas ocho a diez sesiones y, en ellas, el fisioterapeuta les enseña una serie de ejercicios y hábitos saludables que mejoren su estado», ha señalado Segarra.
Al mes de haber finalizado el programa de aprendizaje en el centro de salud correspondiente, el paciente es valorado por el fisioterapeuta, quien comprueba cómo hace los ejercicios, su estado y la adherencia al programa a través de una encuesta.
Finalmente, a los tres meses de acabar con el aprendizaje, los pacientes son citados en la consulta del médico rehabilitador, donde se les vuelve a realizar una valoración clínica y se comprueba la efectividad del programa.
«La mejoría de los pacientes es notable, sobre todo aquellos que registran una elevada adherencia al programa», ha dicho la doctora, quien ha añadido que «los que llegan al final de éste mejoran bastante y su calidad de vida aumenta significativamente».
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