Por la transcripción y reflexión: Juan de Oleza
Comenzaba el año 1895 y el periódico oriolano La Noticia Diaria insertaba en su primera página una composición titulada “Orcelis desplumata (Canto del Oriol)” que empezaba así:
Hijos de la Armengola
Que en vuestros verdes años
Al salón de trifulcas
Dirigís vuestros pasos.
Alzad, alzad la vista
Y contemplad a un pájaro
Que antes era de Oro
Y ahora está des-dorado.
Me ha venido al recuerdo este texto de la publicación que dirigía José Sarabia Vergel al leer que, salvo que nuestro Oriol lo remedie, el municipio se quedará este año –y ya serían tres- sin presupuesto ordinario. Dicen las crónicas que los socios de gobierno no se entienden a la hora de sacar adelante documento tan esencial para la buena marcha de la Administración Local porque donde unos ven irregularidades los otros consideran que hay ninguneo. Y no falta quien atribuye el problema a la situación propia de aquellos que, aunque actualmente se encuentran en cuarto menguante, quieren poner en valor sus votos y demostrar que “El Alcázar no se rinde”, sobre todo pensando a menos de dos años vista. Cualquier cosa puede ser y ya se verá pero, mientras tanto, sigamos con esta genial composición que firmaba El Canario:
“Mirad cual me han parado
Entre blancos y negros
Y tirios y troyanos.
Armengolillos nuevos,
Divididos en bandos
Como abejas solícitas
Se toman el encargo
De limpiarme las plumas;
Y es tal el entusiasmo
Con que la obra ejecutan
Que me dejan pelado.
Yo conozco su mérito, Su patriotismo ensalzo,
Admiro sus calores,
Y ese vivir rabiando.
Todos en competencia
Por limpiarme…y lo aplaudo.
Pero, hijos francamente,
Lo digo sin empacho;
Más me valiera a veces
No me limpiaran tanto.
Y no es porque me queje
De vicio ¡recanastos!
Sino porque no tengo
Ya plumas en el rabo,
Y si esto no se arregla,
Me quedo como el gallo
Aquel que en Morón dicen
Murió cacareando.
Eran tiempos en que la política oriolana estaba manejada, fundamentalmente, por Trinitario Ruiz Capdepón, Francisco Ballesteros Villanueva y José María Sarget Lillo, rodeados de sus fieles. Mutatis mutandis, creo que vale la pena reproducir también la conclusión del Canario:
Con que, hijos de mi alma,
Ved si esto tiene apaño,
Sino por la presente
Al menos para Mayo.
Ya lo arregle D. Trino
Ya lo arregle D. Paco
Ya lo arregle D. Pepe
O lo arregle el diablo;
Porque me da lo mismo
Si al fin queda arreglado.
Pues eso, a ver si es posible que esto se arregle –entre blancos y negros, tirios y troyanos- y el Oriol vuelva a brillar altivo “como refleja en mil cambiantes rayos, el sol de nuestras glorias que nunca tuvo ocaso”.
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