Opinión: Sobre la inocencia culpable de Mónica Oltra

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Por Rafael Almagro Palacios, exconcejal del Ayuntamiento de Orihuela

La izquierda airea el asunto del archivo de la causa contra Mónica Oltra como si se tratase del único caso que ha llevado al banquillo a cargos públicos en ejercicio y con este dictamen quedase blanqueado todo el rosario de asuntos que salpica a sus dirigentes a lo largo y ancho de todo nuestro país. Pese a ello, todos tenemos muy presente los asuntos que casi diariamente sacuden a la sede de Ferraz y que no es necesario nominar.

Muchos están pidiendo reparación, o exigiendo que el PP pida perdón, e incluso se hacen acusaciones de lawfare.

Pero las reglas del juego son las mismas para todos, les guste o no. Así pues, la reparación, en todo caso, se la deberán otorgar sus propios compañeros del Botanic, el perdón cuando sea recíproco y pidan perdón por todos los casos en los que condenaron a muchos cargos del Partido Popular que a la postre resultaron inocentes. En cuanto al lawfare, el juego sucio político que se realiza utilizando torticeramente los mecanismos de la Justicia y donde, por desgracia, basta en muchas ocasiones con denunciar, encontrar un/a fiscal receptivo y un/a juez con mucha carga de trabajo y/o pocas ganas de trabajar y que decida dar una patada para adelante al asunto. De tal modo que, guste más o guste menos, la medicina es la misma para todos.

En cuanto a doña Mónica Oltra y su inocencia, sería conveniente recordar algunos hechos por ser muy necesarios para hablar con propiedad e identificar cuando se es responsable -políticamente hablando- acerca de cuándo un esposo-a/novio-a/pareja realiza presuntamente hechos delictivos y la actitud que se demuestra ante los mismos.

Comencemos pues. Miren, el 17 de septiembre de 2021 el TSJ de la CV condenaba a 5 años de prisión al exmarido de la susodicha por un delito de abusos sexuales sobre una menor tutelada cuando ejercía como educador de menores en un centro de la Generalitat. Aquí es también importante señalar que cuando ocurrieron los hechos todavía eran matrimonio.

La Sala hacía referencia a lo “anómalo” que resultaba que la Consellería de la señora Oltra, encargase un informe al Instituto Espill  “cuando eran plenamente conscientes de que el asunto ya estaba en manos de la Fiscalía”.  La finalidad obviamente podría conducir a aminorar una eventual responsabilidad de la Generalitat Valenciana.

Por otra parte, tampoco era normal la actitud y respuesta de la Consellería de Oltra a las peticiones de información formuladas por Ángel Luna, Síndico de Agravios, que dejó constancia de que la Vicepresidenta había “impedido con su actitud concluir adecuadamente la investigación diseñada para la resolución de la queda de oficio”. Realmente lo que ocurría era que la señora Oltra tomaba el pelo al Síndico de forma inmisericorde y pasaba olímpicamente de sus solicitudes de información.

Aquí volvemos otra vez al doble rasero, pues curiosamente por entonces, el Síndico  de Agravios amenazaba al ayuntamiento de Orihuela representado por el alcalde Bascuñana con llevarlo a la Fiscalía porque uno de los departamentos municipales no daba respuesta a un ciudadano por un asunto de carácter meramente  administrativo. Un tema este que fue recogido ampliamente por la mayor parte de periódicos. Por cierto, todavía a fecha de hoy Ángel Luna sigue ostentando el cargo de Síndico.

Por contra, a la señora Oltra se le pedía información sobre un asunto más que grave referido al funcionamiento de los centros dependientes de su Consellería y aunque toreó y clavó varias banderillas al propio Síndico, nunca jamás fue ni tan siquiera amenazada (que sepamos) con ser llevada a la fiscalía. Bien es verdad que Luna por lo menos dejó constancia por escrito de su cabreo con la señora Oltra en sus  informes de la Sindicatura que obran en el  expediente. Algo es algo, pues ahí quedan para la posteridad y los estudiantes de periodismo, historia, memoria democrática …. o simplemente curiosos.

También es bueno recordar que la mayoría parlamentaria que había por entonces en las Cortes Valencianas impidió que se abriese una comisión de investigación al respecto pese a que era conocida la existencia de decenas de abusos en los centros dependientes de la Vicepresidenta y Consellera Mónica Oltra.

Así pues, que reparen los suyos, que le pida perdón quien deba y que, si vuelve a llevar camisetas, bien podría colocarse una que rece: “soy inocente, aunque no lo suficiente”.

 

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