Por Juan Ignacio López Bas
No hace falta ser un experto economista, ni experto realmente en nada concreto, para saber cómo van a ser los presupuestos del Ayuntamiento de Orihuela para 2024. Si los hay, porque eso está aún por ver. Iba a haberlos para 2023 este verano y lo único que hemo hemos visto es una carrera desesperada por llegar a finales de año consumiendo remanentes municipales en inversiones y, ojo al dato, para gastos corrientes, algo que no podrá hacerse a partir del próximo 1 de enero, porque con este 2023 se acaba la flexibilidad en aplicar las reglas fiscales establecidas por Europa.
Y todo va por eso a depender del bolsillo de los oriolanos, al que el Gobierno local de PP y Vox nos van a meter mano sin reparo alguno ni sonrojarse cuando alguien les recuerde que en campaña prometieron, ambos, bajadas de impuestos y tasas municipales y más gasto e inversión. En una palabra: nos dijeron que iban a recaudar menos y gastar más. Y cualquier padre o madre de familia, que son los mayores expertos en economía real, sabe ya cómo se hace eso: endeudándose.
Con ocasión de la última y enésima modificación presupuestaria llevada al Pleno de Orihuela por Vegara y Mestre este mismo noviembre, hemos podido conocer pistas de por dónde irán los tiros. Porque si se han eliminado partidas económicas, sobre todo en la costa, la única alternativa va a ser aumentar los ingresos justamente para poder ver realizadas inversiones en esa zona. Aunque sorprende que, según PP y Vox, aquellos números estaban desactualizados y se habían quedado cortos, y por eso los dejan a cero en lugar de aumentarlos. A cambio, nos contó Mestre, se van a contemplar ya con más dinero en el presupuesto de 2024.
Pero la cosa es que los ingresos proceden de tres fuentes principales: del propio ayuntamiento, mediante los impuestos que cobra, de la Generalitat Valenciana, y del Estado (en estos dos últimos casos mediante las transferencias para financiación a municipios que en sus propios presupuestos prevén). Ya hemos visto que este año el presupuesto del Estado llegará tarde. Es más: estará destinado fundamentalmente por Madrid a sufragar el coste de las promesas de Sánchez a determinados territorios, si hubiera finalmente investidura, que parece que sí. Y ya sabemos que Alicante lleva años con el dudoso honor de ocupar el último puesto en la lista de inversiones por habitante, por lo que pintan bastos en esto.Y también hemos escuchado ya a Carlos Mazón, Presidente de la Generalitat, anunciando presupuestos “muy duros”, lo que, conocido estos días el proyecto presentado por su Conselleria de Hacienda, se ha traducido en una reducción importante de los fondos para la provincia alicantina. Otro motivo para no esperar de Valencia sino menos de lo que llegaba hasta ahora.
Y, sin embargo, nuestros próceres Vegara y Mestre prometen más dinero para gastar…
Pues la única fuente de la que sacar algo de agua aquí es el oriolano y los impuestos y tasas que paga. Y la manera de financiar inversiones será subiendo esos tributos locales directamente ya o hacerlo en diferido, una segunda opción que es posible pidiendo un préstamo a los bancos para devolverlo poco a poco y en años sucesivos. O combinando ambas posibilidades.
Pero lo que debemos saber es que la devolución de los préstamos se paga por un ayuntamiento como gasto corriente, que sólo puede financiarse por ley con ingresos corrientes. Es decir: básicamente con impuestos y tasas. El resultado es, por tanto, el mismo: aumento de la fiscalidad local, con o sin préstamos para inversiones. Y esto porque el Ayuntamiento de Orihuela, en cualquier caso, tiene un problema obvio: no logra cubrir el coste de los servicios que presta a diario. La prueba es tener que haber recurrido este 2023 a remanentes -saldos sobrantes de ejercicios anteriores- para pagar esos gastos corrientes. Imaginen si a lo que ya tenemos que gastar en servicios ordinarios sumamos otros servicio ordinario, la amortización de la deuda…
Así es que todo indica que si tendremos presupuesto en 2024 lo será con PP y Vox incumpliendo sus promesas electorales para Orihuela, porque no les va a quedar otra. Y habrán mentido o habrán demostrado no tener ni idea de lo que tienen entre manos, porque el verdadero concejal de Hacienda oriolano no es un señor elegido en las urnas en una lista electoral, sino otro que se sienta en un despacho y que pondrá negro sobre blanco lo que ni Vegara ni Mestre quieren leer, por muy asesor que sea.
Es más: ¿se acuerdan de la excusa de Mazón de hace unos días para justificar los presupuestos “duros” de la Generalitat? Exacto: es por el aumento de la deuda decidida por el Gobierno del Botànic, ni más ni menos, o lo que es lo mismo: por el problema justamente de tener que devolver los préstamos cubriendo esa amortización con gasto corriente.
La culpa, por tanto, en la Generalitat como en Orihuela, será de la deuda, solo que en Orihuela la van a generar PP y Vox mientras en Valencia son estos partidos los que culpan de la misma al Botànic. Pero esto, no se preocupen, nos lo van a explicar bien clarito en breve.
Como decía Roy Batty, el replicante de Blade Runner, yo he visto cosas que vosotros no creeríais… Lo que no quiere decir que no las vayamos a ver.
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