Por José Aix, portavoz de Ciudadanos Orihuela
A mediados del siglo XIX publicó Charles Dickens Cuento de Navidad, una novela corta ambientada en Londres en la que el personaje principal, el señor Scrooge, tan avaro como tacaño, no cree en el espíritu de la Navidad. Casualidades de la vida, en un día londinense, gris, frío y con alguna gota de lluvia como el que tuvimos ayer en Orihuela, la edil de Festividades corrió para “anteprogramar” una rueda de prensa a las 12 de la mañana previa a la que ya teníamos convocada nosotros desde el día antes para las 13:15. Suena cutre o cómico –o ambas cosas al mismo tiempo- que una concejala de gobierno se apresure a comparecer ante los medios de comunicación para atacar a un grupo de la oposición, el nuestro, y culparle de todos los males del nuevo gobierno, pero le agradecemos profundamente su empeño en darnos publicidad a coste cero. Ya saben aquello de que hablen de nosotros aunque sea mal.
Lejos de ser un detalle baladí este de las prisas de Rocío Ortuño por salir a disparar sin saber muy bien a quién ni por qué, es ya, sin duda, un rasgo identitario de esta coalición conformada tras las elecciones del pasado mes de mayo, que, el hecho de, incapaces como se muestran de resolver todas las situaciones cotidianas de la gestión municipal, acusan al anterior gobierno de PSOE y Ciudadanos, buscando únicamente ocultar su ya más que evidente falta de destreza para dirigir el día a día nuestra ciudad. Complicado era desmontar ese argumento de que los malos eran los de antes en los primeros compases de la legislatura, pero, siete meses después, esa justificación tan elemental como de fácil digestión hasta ahora empieza a ser poco menos que un insulto para la inteligencia de los oriolanos. ¡¡Una tomadura de pelo!! Seguro que mejor les iría sin centraran sus esfuerzos y su atención en el ejercicio de sus obligaciones.
La ausencia de presupuesto municipal desde el año 2018 y algunas decisiones pretéritas complicaron ya las Navidades del año pasado, pero la situación se superó con diligencia, con diálogo y con generosidad por los dos grupos del gobierno de entonces. El contexto de este año no era muy diferente. Vayamos a los datos concretos. ¿Por qué no hay luces de Navidad? ¿Por qué se plantea una cabalgata de Papá Noel por la mañana? La respuesta es bien sencilla: la edil de Fiestas ha llegado tarde. Sorprende que un gobierno de origen festero –ahí tienen al alcalde, a la concejala, a dos asesores… – y que se maneja bien en ese contexto, falle precisamente en aquello que se le presupone como especialidad. Pero tengan claro que llegan tarde, hay dinero y los problemas de personal se los han generado ellos solitos.
LLEGAN TARDE. Todas las ciudades de nuestro entorno y en el resto de España ya tienen las luces de Navidad encendidas, pero no en Orihuela porque la licitación se ha hecho tarde, como así lo confirma que el plazo de presentación de ofertas para el contrato de las luces fuera el 1 de diciembre; o que la edil de Festividades se haya visto obligada a poner la cabalgata de Papá Noel el día 23 por la mañana por no tener empresas dispuestas para la tarde-noche. Como dato curioso, aunque seguro que lo entienden, también esa tardanza ha provocado que Melchor, Gaspar y Baltasar recorran Orihuela a caballo la noche del 5 de enero en lugar de hacerlo en camello. Al que no se le ha hecho tarde para hacerse la foto inaugurando el belén es a Gonzalo Montoya, quien ha decidido volar solo en estas fechas ante la falta de entendimiento en el seno del gobierno para preparar una programación conjunta.
HAY DINERO. En los últimos meses el equipo de gobierno de PP y VOX ha elevado a Pleno modificaciones presupuestarias por un importe total superior a 20 millones de euros, pero ni un solo céntimo ha ido destinado a la celebración de la Navidad. Al margen de esto, la solución era tan sencilla como la que se aplicó el año pasado transfiriendo dinero desde Alcaldía o Cultura a Festividades. Sin más.
PERSONAL. Una de las primeras decisiones de Vegara fue la de llevarse con él a Alcaldía a la hasta entonces responsable técnica del área de Festividades, generando un agujero importante en esta concejalía que aún hoy no han corregido.
Cuestiones técnicas aparte, como orgulloso vecino de pedanía que soy, ofende que este gobierno bipartito de PP y VOX siga aumentando la brecha entre el casco y pedanías. Lo de siempre: oriolanos de primera y oriolanos de segunda. Ya pasó este verano cuando encontraron sendos mecenas anónimos para sus fiestas de Moros y la Virgen de Monserrate, dejando sin luces a barrios y partidas rurales, y vuelven a hacerlo ahora privando del espíritu navideño a los que no vivimos en el centro. ¿Qué explicaciones van a dar los pedáneos a sus vecinos? ¿Dirán también que la culpa es nuestra?
Este cúmulo de despropósitos no iría más allá de lo anecdótico de no ser por los graves perjuicios que nos está generando la dejadez de Ortuño. Se está jugando con los lícitos intereses de los comerciantes que ya están comprobando cómo disminuyen sus ingresos por la fuga de clientes a ciudades cercanas como Murcia, Torrevieja o Alicante; se está jugando con la ilusión de los niños, que ven una ciudad apagada y depresiva en unas fechas en las que les mueve –o debería- la ilusión, la fantasía. Y lo que es peor, se está poniendo en jaque la credibilidad de una ciudad, Orihuela, en manos de un gobierno incapaz e irresponsable. Vegara debe cesar ya a la edil de Festividades en sus competencias o, de lo contrario, estará siendo cómplice de su nefasta gestión.
Cuando Dickens escribió aquel libro, quizás pensaba en Orihuela. ¡Paparruchas!
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