Con este título escribí un artículo para apoyar la Iniciativa Legislativa Popular que se presentó en Las Cortes Valencianas para implantar la Red Madre en nuestra Comunidad. Se recogieron más de 86.000 firmas de ciudadanos de nuestra Comunidad de norte a sur. Personas que lo que querían era poder tener una Red de ayuda para la mujer, para apoyarla y ayudarla ante un embarazo no deseado o no previsto, y que la mujer tomara la decisión, bien informada, de los medios que hay en nuestra legislación en situaciones como la suya. Y con la decisión tomada, acompañarla, ayudarla, y no dejarla sola.
Esta ILP ha sido derogada por el Gobierno del Tripartito, «el que se ocupa de las personas». ¿La mejor ayuda es quitar una Ley donde se apoyaba a las mujeres? Evidentemente, no. Parece que hay otras motivaciones: las políticas y las ideológicas. Es la ILP que recogió el PPCV y que defendió en las Corts, y que por lo tanto, para algunos, como la Diputada Dª María Josep Ortega, «no era de protección a la maternidad ni de protección de nada, era la «ley Cotino» apoyada por el PP, una ley ideológica profundamente machista, reaccionaria y que atentaba contra la libertad de las mujeres».
Habría que recordarle a la Sra. Diputada esta Ley de Protección a la maternidades, una ILP transformada en Ley y refrendada por los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. A raíz de la misma se desarrolló el conocido Plan + Vida, que ofrecía ventajas sociales y preveía una atención a las mujeres embarazadas con más dificultades económicas. Se crearon centros de atención a la mujer, colaboraciones con asociaciones sin ánimo de lucro, participación de profesionales, cursos en el Colegio de Psicólogos, para que el que quisiera conociera los medios que ponía en marcha la Conselleria, etc. En su desarrollo se dio un gran paso en la protección de la mujer embarazada –sobre todo en riesgo de exclusión- y del no nacido, que es a quien todos olvidan, pues a este se le reconoce como el ser humano que es, y esto, ningún ciudadano ni el Tribunal Constitucional ha estimado que atentase contra derecho alguno. Así por ejemplo, puntúa como un hermano más en el baremo para la admisión. ¿Es que valen diferente los niños deseados que aquellos que no lo son? ¿Es que no tienen ambos derecho a ver la luz, a disfrutar de la misma vida que nosotros?. ¿Es que no se tiene que proteger al más desprotegido? ¿Ayudar a una mujer a la que se le viene el mundo encima, que sufre una violencia callada pero real para que se deshaga del problema? ¿No hay que ayudar a esas mujeres coraje?
Si esta Ley hacia cosas buenas para la mujer y su hijo, ¿por qué no tienen una visión más allá de sus ideologías? Si el Gobierno anterior ha hecho algo bien, no lo deshagan, piensen en las personas y… mejoren lo que ya hay.
Vivimos un invierno demográfico, la pirámide generacional ya no es pirámide es una seta, que recuerda los hongos atómicos. Cada vez hay más gente mayor y menos jóvenes. Por primera vez en la provincia mueren más que nacen. Mientras, en Europa se están haciendo políticas de fomento de la natalidad sin complejos. Por eso, en nuestra Comunidat Valenciana deberíamos mirar más allá y ver qué futuro queremos. Necesitamos una primavera de natalidad.
Pero es difícil hablar con políticos que solo ven a sus votantes y su ideología, y que están llenos de rencor. Nosotros, los 86.000 valencianos que firmamos la ILP, que luego fue Ley de la Maternidad, una ley hoy tristemente derogada, estamos –como ya estábamos-, y estaremos, con la mujer que lo necesite. Y como dice la canción:¡Nunca estarás sola!
Deja tu comentario