Los 27 años de gobierno del PP (1988-2015) han dejado a Torrevieja hecha un erial de ladrillo, una marca turística degradada, un modelo turístico low cost masificado de segunda residencia y a una sociedad con un importante grado de empobrecimiento, como señala el informe del INE que situó a Torrevieja como la ciudad más pobre de España en al año 2014, año en el que Torrevieja estaba regida por Eduardo Dolón y el PP. ¡Esto sí que es ser antitorrevejenses en la práctica! ¡Esto es lo que denigra en realidad a Torrevieja!
Junto a este panorama, que no nos gusta a la mayoría de los torrevejenses, los cientos de millones de euros que, durante los largos mandatos del PP, el Ayuntamiento ha dilapidado por mala gestión del urbanismo, por inversiones ruinosas y por lo se ha llevado la corrupción urbanística y política, suponen un seria dificultad para que el futuro de la ciudad.
Por eso produce estupor que los concejales del PP, causantes de este desastre, lejos de sentirse avergonzados y de entonar el mea culpa, aún intenten sacar pecho de los años de su gestión.
En cualquier otra ciudad de Europa occidental, los políticos responsables de un desastre y de un agujero económico de tal magnitud, habrían dimitido inmediatamente y se habrían marchado a su ocupación anterior. Pero eso no ocurre en Torrevieja ni en España entera, donde aún proliferan elementos de una estirpe política, crecida y alimentada durante muchos años de corrupción, que no saben vivir de otra cosa que no sean los sueldos políticos o de los negocios que consiguen gracias a su actividad política. No son sus creencias las que están en juego, sino su modo de ganarse la vida, y por eso tienen la cara más dura que el cemento armado. Por desgracia para ellos, la gente ya conoce el percal y vislumbra el color del plumaje del PP.
El reciente artículo de la concejala del PP Carmen Gómez sobre las basuras de Torrevieja es algo que raya con la desfachatez y el esperpento. Porque ella misma formaba parte del anterior equipo de gobierno del PP que prorrogó por dos veces el actual contrato de las basuras cuyo amaño por Hernández Mateo en 2004 le costó al gran capo del PP de Torrevieja una condena de 3 años de cárcel por delitos de corrupción (prevaricación y falsificación en documento público). Ni Carmen Gómez, ni Eduardo Dolón ni Luisma Pizana manifestaron discrepancia alguna con ese contrato amañado por su corrupto jefe y cuyo coste se ha elevado a la friolera de 180 millones de euros. E incluso pidieron el indulto para el condenado Hernández Mateo.
La planta de transferencia de residuos sólidos urbanos promovida por Acciona S.L. en Torrevieja, que fue clausurada como consecuencia de denuncias, estuvo funcionando durante más de 7 años de forma absolutamente ilegal con el consentimiento y el beneplácito de los Alcaldes Hernández Mateo y Eduardo Dolón y de sus respectivos equipos de gobierno.
Los corruptos y sus cómplices difícilmente pueden dar lecciones a las personas honestas.
En un ejercicio de sana honestidad, el actual alcalde de Torrevieja, José Manuel Dolón, ha confirmado que el nuevo contrato de la basura se adjudicará mediante una contratación pública y sin amaños a una empresa privada. En su opinión, será un “contrato de transición”, ya que él sigue apostando por la municipalización del servicio o por una gestión mixta, cosa que ahora es imposible por la situación en la que el PP ha dejado las finanzas municipales y porque los técnicos municipales han señalado que el Ayuntamiento “no puede pedir créditos” para acometer la inversión imprescindible para acometer la municipalización del servicio debido a las cortapisas que desde el Gobierno del PP se imponen a los municipios.
P.D.: Resulta curioso que por primera vez en la historia se hayan filtrado a la prensa informaciones de tipo confidencial tratadas en la junta de gobierno de Torrevieja y que ello coincida con la asistencia por primera vez en la historia de concejales de la oposición a dicho órgano, amén de otra singular coincidencia.
Habrá que estar al loro con los presuntos delincuentes que incumplan el deber legal de confidencialidad en los asuntos públicos, pues igual que hacen filtraciones a la prensa también parecen ser capaces de utilizar una información privilegiada para favorecer a alguna de las empresas que participe en un procedimiento de licitación pública.
Y en Torrevieja ya estamos hartos de las prácticas políticas tramposas y corruptas.
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