La consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, supervisa las obras que se están realizando en las instalaciones y que “cerrarán una etapa negra de la Vega Baja”
Los trabajos de sellado y restauración ambiental en el antiguo vertedero de Proambiente ubicado en la pedanía oriolana de La Murada concluirán el próximo mes de abril, según ha anunciado la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, quien ha visitado hoy la zona en la cual se están ejecutando las obras de protección de esta antigua instalación.
El Consell va a destinar más de 2,5 millones de euros en los trabajos de sellado y restauración ambiental del antiguo vertedero de Proambiente que con su actividad causó supuestamente un daño ecológico en el entorno.
La responsable autonómica ha señalado que se trata de una actuación muy importante llevada a cabo por el Consell, en colaboración con el gobierno de la Región de Murcia, puesto que parte de la instalación se sitúa en Abanilla, para revertir una situación “muy peligrosa en términos ambientales y en términos de salud de las personas con todos esos lixiviados que había aquí”.
Cebrián ha destacado que la actuación de la Conselleria «significa cerrar un episodio muy negro de mala gestión de los residuos, para pasar de la vergüenza a la vanguardia en la gestión de residuos de la Vega Baja”. Una gestión que ha dicho será “moderna” y “que ha de cumplir los objetivos que marca la normativa europea y que debe verse por la ciudadanía como una corresponsabilidad para hacer de nuestro territorio un lugar mucho más limpio y saludable para vivir».
La consellera ha confirmado que periódicamente la Generalitat traslada a los juzgados de Cieza y Orihuela el importe de las facturas de las obras realizadas, dentro de los procedimientos judiciales en los que está personada contra los antiguos dueños de la instalación. La intención tanto del Consell como del Gobierno murciano es que sean los que causaron el daño ambiental quienes paguen el coste de la recuperación del entorno.
En el encuentro, han estado presentes el secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio climático, Fran Quesada, y el director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer, junto con presidente del Consorcio Vega Baja Sostenible, Manuel Pineda, y otros miembros de la entidad.
Cebrián ha supervisado las tareas de sellado y restauración que se están acometiendo en este extinto macro-vertedero y que disponen de una partida de más 400.000 euros para el cierre del conocido como vaso A, y de otros 700.000, para el vaso C.
Asimismo, una vez finalizadas estas tareas, se iniciarán las mismas en el vaso B, cuyo proyecto ya ha sido redactado y está pendiente de ejecución. En este caso, los trabajos de restauración ambiental en la zona contarán con un presupuesto de más de 500.000 euros.
Todas estas intervenciones, se suman a las actuaciones ya finalizas en 2017 que afectaban al vaso destinado a Combustibles procedentes De Residuos (CDRs), también conocido como vaso D. Las mismas, que se llevaron a cabo conforme a lo previsto en el RD 1481/2001 de eliminación de residuos mediante depósito en vertedero, contaron con una suma total de 900.000 euros.
Precisamente, ha sido en esta zona donde Cebrián ha llevado a cabo un acto simbólico en el que se han plantado arbustos autóctonos para dar visibilidad de la restauración medioambiental de la zona, así como de la importancia de proteger el medio ambiente en espacios que han acogido este tipo de instalaciones.
Todas las actuaciones realizadas, así como las previstas, contribuirán a reparar el daño producido por los lixiviados, el agua contaminada como resultado de la acumulación de residuos en la zona, y que, debido al abandono que venía sufriendo esta instalación hasta intervenir la administración autonómica, había llegado a alcanzar ramblas, barrancos e incluso las cunetas de la carretera CV-872, que va desde la Murada hasta el propio vertedero.
Estas actuaciones programadas, tanto en la parte correspondiente a la Comunidad Valenciana como a la región de Murcia, han de evitar que sigan produciéndose tanto estos lixiviados que se canalizan y depositan en los correspondientes sistemas de almacenamiento controlado, como la emisión de gases a la atmósfera que se evitan.
Una vez ejecutados todos los trabajos de sellado y restauración ambiental, Medio Ambiente se encargará de garantizar una correcta fase de vigilancia y mantenimiento postclausura de estos cuatro emplazamientos, con una duración de 30 años, y en cuyo plan ya trabaja la Conselleria.
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