Una puesta en escena fastuosa con caballos, dromedarios, bailarinas y más de mil músicos precedió a la carroza del Embajador Francisco Marcos
La Comparsa Moros Escorpiones protagonizó anoche un espectacular boato en una Entrada Mora de la que todavía hoy resuenan ecos y tardará en olvidarse. Una puesta en escena fastuosa que sumergió las céntricas calles de Orihuela en un cuento sacado de las Mil y una Noches con caballos, dromedarios, bailarinas y mil músicos que precedieron al Embajador Moro, Francisco Marcos, quien comandó la batalla para hacer difícil la conquista del Castillo.
Prácticamente dos horas de boato que comenzaron con el símbolo del castillo, que los Moros Escorpiones trataron de defender, y culminaron con la carroza del Embajador Moro, que transitó las calles de Orihuela a lomos de un escorpión.
Antes la Armengola, Elisa Gil, había abierto el desfile esta vez acompañada como escolta por la Fila Kalahari, a la que pertenece la heroína oriolana de los Moros Egipcios, y por la fila Ashanti.
Tras los Moros Musulmanes Escorpiones desfilaron el resto de comparsas del bando moro en este orden: Moros Almohábenos, Negros Egipcios, Moros J’Alhamed, Moros Abdelazíes, Moros Realistas, Beduina Moros Muladíes, Beduina Moros Bedawies, Moros Almorávides, Moros Viejos de Abez Mohor, Moros Nazaríes de Abén-Humaya.
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