Los Caballeros del Rey Fernando, con Antonio José Rubio como Embajador, protagonizan un Boato impregnado de historia, música y artes
Los Caballeros del Rey Fernando protagonizaron durante su Embajada Cristiana un boato impregnado de la historia de Orihuela. De la Reconquista que da nombre a las fiestas de Moros y Cristianos y que cada año conmemora la liberación de la ciudad de manos de los sarracenos.
Era la sexta ocasión que la comparsa del bando de la cruz tenía el honor de abrir la Entrada Cristiana y una vez más, en esta ocasión con Antonio José Rubio como Embajador, no defraudó con un espectáculo en el que la música y las actuaciones artísticas tuvieron mucho protagonismo. Más de 500 personas participaron en el boato entre músicos, actores, bailarines y filas de festeros, que no dejó indiferente a nadie.
Abrió el desfile cristiano la Armengola, Gloria Valero, para seguidamente dar paso a la escenificación histórica puesta sobre el asfalto por los Caballeros del Rey Fernando. Un mercado medieval en el que los saltimbanquis y mercaderes dieron cuenta de la paz y alegría que el dominio cristiano dio a Orihuela en una época de esplendor en la que el quehacer diario se realizaba entre los bailes y la música que invadían el interior de la ciudad amurallada.
Una felicidad que pronto se vio amenazada por la rebelión mozárabe gestada en las cercanas tierras de Murcia, y que fue recreada con una lucha encarnizada, con fuego incluido, en un espectáculo que arrancó el aplauso de los espectadores.
Tras este capítulo se dio paso a un nuevo bloque en el que se escenificó la Reconquista de la Ciudad por parte del bando Cristiano con la inestimable colaboración de Jaime I, y que supuso el retorno de los cristianos al disfrute de la rica vega , de la alcazaba de la corona y de la felicidad.
Con este ambiente festivo se dio paso a la última parte del Boato que tuvo como máximos protagonistas al Embajador, Antonio José Rubio, y a su mujer, Irene Huertas, quienes brillaron sobre una imponente carroza en la que ambos revivieron la llegada del Rey Jaime I El Conquistador a Orihuela en la Navidad de 1264.
La noche se alargó durante varias horas con el desfile de todas las comparsas del bando de la Cruz.
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