Es terrible intentar quitar al que ostenta el poder para ponerse uno, tal y como sucedía en la vieja España, con el único fin de beneficiarse a sí mismo y no con la vocación de trabajar por y para los demás. Sin embargo, esto que es una deformación de la propia realidad política y que por tanto se convierte en una abominable forma de alternancia en el poder, propia de un tiempo de la historia de “turno pacífico”, sucede con nuestros gobernantes más próximos.
Por eso cuando el partido Alternativa Popular de Torrevieja dice que quiere y que será equipo de gobierno en el 2015 lo dice con la tranquilidad de saber que lo que le mueve es el servicio público, un fin propio de gente honrada y humilde, y que pasa necesariamente por “cambiar la ciudad” y sus instituciones para que todos seamos iguales en derechos y deberes porque es consciente de que hay que terminar con la hambruna de justicia social que tiene nuestra sociedad sujeta a los miedos sociológicos que sobre ellos ejerce un equipo de gobierno basados en la amenaza y la ruindad a sus ciudadanos. Pero para someter al pueblo a esos miedos al PP siempre le hace falta -y en el equipo de gobierno de Torrevieja los hay- los llamados ‘borjamari’, como culebrón de novela sudamericana, quienes desarrollan sus actividades en todas las asociaciones: Junta Mayor, Club Náutico, etc. y cuyo movimiento siempre es el mismo: se infiltran sin conocimiento de sus dirigentes desde abajo para terminar ejerciendo su influencia y girar la voluntad de la asociación en beneficio de los suyos, consiguiendo así su aplauso cuando ya es tarde para la asociación conservar la independencia.
Lo digo una y mil veces: Torrevieja necesita una revolución cultural en todas sus vertientes y en todos sus puntos cardinales, en el amanecer y en el atardecer, porque esta forma trémula de gobierno ‘pepero’ nos ha quitado los valores eternos, es decir nuestros valores tradicionales que estaban basados en ese esfuerzo secular de sus gentes, dejando estériles sus sacrificios ante estos arribistas de ideología.
El partido Alternativa Popular de Torrevieja haciendo política casi heroica en este tiempo y con una actitud firme no quiere parar el reloj de la historia ante esa perfidia de valores del PP local
Torrevieja necesita un cambio urgente. Tenemos que dar soluciones a una sociedad que nos reclama su derecho y es obligación del equipo de gobierno guiarnos para salir de ese bache amoral y encontrar la senda de bienestar que nos exigen. Pero es difícil, quizá imposible, que eso suceda en esa segunda planta donde hoy conviven puerta con puerta los ‘maricomplejines’ y los ‘borjamari’ y donde deambulan en esa noche de pérdida ideológica intentando parar el tiempo para estar más en ese espacio de la poltrona dada por un condenado a una persona sin mérito ni capacidad ante los retos de una ciudad como la nuestra. Sin embargo, estoy convencido de que la oscuridad dará paso a la luz y en ese amanecer de justicia nos encontraremos ante ese futuro que tiene Torrevieja y que está lleno de paz y es próspero para sus hijos. Una Torrevieja donde podremos mirar al pasado y se pueda conjugar todo el sacrificio que hicieron sus habitantes para tener un futuro y donde precisamente esa estela será la que nos guíe y hará que brillen en nuestros corazones la alegría de haber hecho las cosas realmente bien.
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