Tras dos años de ausencia por la pandemia, este Viernes de Dolores los pequeños han vuelto a ser los protagonistas con sus recreaciones en miniatura
Minitambores, capirotes XXS, pequeños armaos y pasos en miniatura. Convertido ya en una de las tradiciones de la Semana Santa de Orihuela, los niños han ‘tomado’ las calles como es habitual cada Viernes de Dolores en las procesiones infantiles que organizan varios colegios de la ciudad.
Tras dos años de ausencia por la pandemia, los más pequeños han vuelto a inundar la localidad en estas procesiones en miniatura en lo que todo es pequeño menos la emoción.
Dos años después, en el Colegio Diocesano Santo Domingo han vuelto a sacar su procesión infantil. Este año completamente renovada porque la DANA de 2019 destruyó por completo todos los elementos con los que contaban pero tras mucho esfuerzo y trabajo los alumnos de infantil han vuelto a tomar el claustro de la antigua Universidad Literaria, para dar salida a su particular procesión.
Pero los primeros en tomar las calles en este Viernes de Dolores han sido los alumnos del Colegio Nuestra Señora del Carmen para recrear, en procesión por el centro de la ciudad, pasos como La Samaritana, La Santa Cena, Los Azotes, La Virgen del Consuelo o Nuestro Padre Jesús. Cerca de un millar de alumnos participan en esta actividad en la que el centro se vuelca.
Por la tarde, los alumnos de El Colegio Diocesano Oratorio Festivo de San Miguel han realizado su tradicional procesión infantil con motivo del Viernes de Dolores. Los escolares recrearon los desfiles procesionales de El Santo Entierro y Resurrección por las calles adyacentes al centro escolar.
Los escolares protagonizan una procesión con imaginería real a pequeña escala. Se trata del pasacalles más antiguo protagonizado por alumnos en Orihuela.
El colegio del Raiguero de Bonanza también celebró ayer su procesión infantil, en la que no faltaron saetas, mantillas y los tronos realizados con esmero y detalle.
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