La siega del cáñamo a mano

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Agricultores de la Vega Baja recolectan la planta de forma manual para rememorar uno de los antiguos oficios de la comarca

La huerta de Callosa de Segura acogió el sábado la Siega Cultural del Cáñamo en la que agricultores de la Vega Baja recolectaron este elemento como se hacía antiguamente; de forma manual con corbillas. Una iniciativa organizada por la Escuela de Trabajos del Cáñamo de Callosa de Segura para rememorar los antiguos trabajos que dieron origen a las industrias del calzado y del hilado de cuerdas y redes.

El cultivo del cáñamo tuvo especial incidencia en la comarca de la Vega Baja hasta mediados del siglo XX. Y la Escuela De Trabajos del Cáñamo busca que se reconozca este patrimonio como Bien de Interés Cultural.

Corbilla en mano agricultores de Callosa y también llegados desde otros puntos de la comarca como Granja de Rocamora, Almoradí, Redován o del Bajo Vinalopó participaron en la recolección de la planta de forma manual, segando desde abajo y apilándola en montones. Un trabajo arduo que llevaron a cabo con éxito a pesar de las altas temperaturas.

Para paliar el intenso calor se organizó un piscolabis para todos los que se acercaron hasta la siega. No faltaron el pan, los embutidos y por supuesto la clásica palometa –compuesta de anís y agua- degustada en porrón.

Después de la recolección, el cáñamo se pone a remojo, se pasa por la gramadora y se realiza el rastrillado. El próximo 14 de agosto habrá una demostración de los trabajos artesanales del cáñamo en el colegio Primo de Rivera de Callosa de Segura.

El director de la Escuela de Trabajos Artesanales del Cáñamo, Roque Albert, explicó el potencial que tiene el cultivo del cáñamo para su uso en muchos ámbitos. Por ejemplo es una alternativa al plástico después de que la Unión Europea haya aprobado una normativa para que en 2020 este material este compuesto de elementos que lo hagan biodegradable.

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