El investigador oriolano, Víctor Navarro, pone en marcha una ruta gratuita por diferentes emplazamientos del municipio que han sido escenario de fenómenos paranormales, leyendas y acontecimientos tenebrosos
Participantes durante la Ruta del Miedo / J. Mateo
Orihuela es una ciudad con múltiples caras; una urbe rica en patrimonio cultural e histórico que se difunde a través de guías, rutas y dípticos turísticos. Pero también esconde una cara menos conocida, su lado más oscuro y paranormal que ahora sale a la luz con la ‘Ruta del Miedo’ que recorre de manos de Víctor Navarro diversas localizaciones que han sido escenario de episodios extraños o inexplicables.
Desde la Plaza de Toros hasta el Horno de Bustamante, en el barrio de San Antón, los asistentes conocen los lugares ‘malditos’ de Orihuela. Aquellos emplazamientos donde han ocurrido acontecimientos tenebrosos atestiguados por los medios de comunicación de la época y por relatos en primera persona o que han pasado de boca en boca con el paso del tiempo. Tras un año de investigación en este campo, Víctor Navarro, apasionado por lo paranormal, ha puesto en marcha una ruta gratuita que permite conocer las calles y plazas de la ciudad que han sido escenario de hechos paranormales y que recoge también en su blog Orihuela Misteriosa, donde se puede encontrar además toda la información acerca de la ruta y de cómo hacerla.
El objetivo de esta iniciativa, explica Navarro, es además de dar a conocer la crónica más negra del municipio poner sobre la mesa nuevas opciones de ocio, entrenimiento y cultura en Orihuela. Ciudad de la que es un auténtico apasionado. Y la acogida ha sido muy buena porque las reservas para hacer la visita se llenan en cuestión de horas.
El investigador oriolano, Víctor Navarro, indica a Diario de la Vega una ruta por la Orihuela del misterio, emplazándonos por diversos lugares de la localidad. Solo hemos escogido cinco de los muchos que se muestran durante el itinerario. Pasemos un poco de miedo…
1. Plaza de Toros
La Ruta del Miedo comienza en el coso taurino de Orihuela donde cuenta la leyenda que vaga el alma de un joven de 13 años que perdió la vida en 1923 atropellado por una camioneta del servicio municipal en los aledaños de la plaza de toros, como así atestigua una noticia del periódico local ‘Actualidad’. Cuando el coso todavía estaba en funcionamiento varias personas que lo visitaron tras este episodio aseguraron apreciar el rostro de la muerte y del sufrimiento de un niño. «Cuando una muerte violenta te atrapa cuando aún no es tu momento tu alma se queda ligada para siempre a ese sitio», explica el creador de la ruta.
2.El Molino de Jofré
Es según Víctor Navarro el lugar maldito por excelencia de Orihuela. El emplazamiento donde más casos paranormales y tenebrosos se han registrado quizás, también, porque el Molino de Jofré está ubicado en uno de los barrios más antiguos del municipio. Se encuentra cerca del barrio San Pedro, al lado del Río Segura y narran las crónicas periodísticas de diferentes épocas sucesos en este lugar como accidentes laborales, peleas a muerte o niños desaparecidos y hallados muertos en el lugar. Pero quizás el más curioso data de 1797 cuando durante un riada la imagen de Nuestro Padre Jesús, con la cruz a cuestas, que se encontraba tras los muros de la capilla de Loreto fue arrastrado por las aguas hasta parar en este molino, como así recoge el nº 16 de la publicación Ateneo de Orihuela.
3. Calle de Las Mantillas (barrio San Pedro)
La Ruta del Miedo nos lleva hasta la calle de Las Mantillas, en el barrio San Pedro, donde tanto en este vial como en los colindantes Navarro ha recogido cuatro testimonios diferentes de fenómenos inexplicables. Esta zona sufrió la sacudida de un fuerte terremoto en 1829 que causó la destrucción del antiguo convento de la Trinidad y que se llevó la vida de cientos de personas. Los amantes de lo paranormal achacan los hechos misteriosos a que las almas que se llevó el temblor podrían estar vagando por el barrio.
En la calle de Las Mantillas se sitúa el ‘edificio maldito’ que, según narra el investigador de la ruta, fue abandonada por su inquilino tras una serie de episodios paranormales. Quien las sufrió le contó a Navarro que una noche que trataba de dormir, una silueta que identificó como el cuerpo de una mujer le sujetó los pies y acabó metiéndose en la cama. Cuando encendió la luz no había nada. Un hecho que, aterrorizado, le llevó a abandonar definitivamente su casa y mudarse a otro lugar.
4. La Leyenda urbana de Santo Domingo
Se trata quizás de una de las leyendas urbanas más conocidas de Orihuela porque ha sido transmitida de boca en boca durante siglos. La del profesor del colegio de Santo Domingo que se queda hasta que oscurece en su despacho corrigiendo exámenes. Todo está apagado a excepción de un aula desde donde sale luz. Extrañado por este hecho, el maestro se acerca hasta la clase y encuentra a un joven muchacho estudiando que solo con mirarle consigue que múltiples escalofríos le recorran el cuerpo. Tras interrogarle por su nombre el profesor descubre que se trata del alumno Cuenca y al buscarlo en los archivos del colegio descubre que es imposible que se trate de ese chico porque está muerto.
Días después el docente vuelve a encontrar a este alumno estudiando a solas en la misma aula. En el trascurso de la conversación el joven le reconoce que efectivamente está muerto. El profesor entra en cólera por que cree que el muchacho está suplantando la identidad de una persona fallecida y se dirige a él con la intención de echarle un puro y mandarlo a casa. Pero es incapaz de alcanzarlo porque lo que parecía un cuerpo sólido es incorpóreo. Cuenta la leyenda que el profesor fue hallado en estado de shock al día siguiente y fue internado en un psiquiátrico, aunque nunca se recuperó de este episodio.
No es, sin embargo, la única historia oscura que rodea a este emblemático edificio que, como cuenta el investigador Víctor Navarro, daría por sí solo para una ruta de lo paranormal.
5. Horno de Bustamante
Los pasos de los asistentes a la Ruta del Miedo se desplazan desde el casco urbano hasta el Horno de Bustamante, en el barrio de San Antón. Un camino nocturno agradable que se ameniza con los relatos oscuros que se animan a contar los participantes de la senda.
Cuentan varias personas del lugar que en esta explotación de mercurio enclavada en el cerro del Oriolet algunos han sido testigos en la madrugada de los llantos de un niño invisible y de los dulces cantos de una mujer para tratar de calmarlo. La tradición del barrio lo achaca a la muerte en este lugar de una joven embarazada que murió víctima de un derrame cuando subía la cuesta hacia el Horno de Bustamante para visitar a su marido, un manchego que había venido hasta Orihuela para trabajar en la mina de cinabrio.
Los vecinos encontraron a la mujer muerta sobre un charco de sangre y, desde entonces, muchos aseguraron haber visto a la mujer como una sombra clara en la noche con un niño en sus brazos. Su marido vivió 100 años y nunca abandonó Orihuela para volver a su tierra natal por si algún día podía presenciar la imagen de su mujer, tal y como le habían asegurado algunos lugareños.
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