Una vecina denuncia que está en tratamiento debido a la urticaria que le produce la plaga instalada en el barrio
Vanesa Sánchez sufre brotes de urticaria por vivir expuesta a una plaga de procesionaria
Vecinos de San Antón han denunciado la presencia de la oruga procesionaria en el entorno del barrio. Especialmente en un pino atestado de bolsones de este insecto que desciende en hileras por ramas y troncos hasta llegar a algunas viviendas. Este molesto insecto, muy urticante por los pelos que los recubren, ha hecho aparición en algunos puntos de este barrio de Orihuela y pueden verse en árboles, fachadas o aceras. Y especialmente en el pino que Vanesa Sánchez tiene frente a su casa y que le provoca desde hace más de un año una situación que califica de insostenible.
Esta vecina ha sufrido en primera persona las consecuencias de que la oruga campe a sus anchas por el barrio. Ha sufrido brotes de urticaria por los que ha tenido que acudir al centro de salud y medicarse por lesiones cutáneas derivadas de estar en contacto con estos insectos, que producen una importante reacción alérgica. Pero no es la única, “hoy una niña se ha ido cojeando al colegio porque tenía urticaria en una pierna”, denuncia.
La portavoz del PSOE, Carolina Gracia, ha visitado hoy el barrio para dar voz a estos vecinos que llevan un año pidiendo al Ayuntamiento una solución para acabar con la plaga de este insecto cuyo contacto puede producir irritaciones de ojos, erupciones cutáneas y, en algunos casos, problemas alérgicos que pueden llegar a ser importantes. Vanesa muestra las heridas provocadas en el cuello y en la espalda por la procesionaria, al tiempo que asegura que tiene que medicarse diariamente como consecuencia de ‘convivir’ con la oruga, tal y como puede demostrar con prospectos médicos.
La socialista ha pedido al Ayuntamiento que actúe lo antes posible en la zona y se ha preguntado por qué no se ha llevado a cabo el tratamiento adecuado, que se debe realizar a principios de otoño, para evitar la incómoda proliferación de la oruga. En este sentido, ha recordado que el Consistorio tiene en vigor un contrato para el control de plagas en el municipio y ha recordado que la empresa actúo para evitar la procesionaria en colegios pero no en entornos como el barrio de San Antón.
En esta línea, la vecina afectada asegura que “si esto se hubiese tratado antes de tiempo no estaríamos en esta situación”. Vanesa se pregunta quién le va a pagar los medicamentos que debe tomar a consecuencia de estar expuesta al insecto, o la secadora que ha tenido que comprarse porque no puede tender la ropa en el patio, ya que el pelo de la oruga se le pega a la ropa y luego no se la puede poner. “Estoy más de un año pidiendo que solucionen esto”, denuncia. “Día a día tengo que estar recogiendo barredores de gusanos y me paso los días encerrada”, cuenta.
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