La Policía Local advierte de «la escasez de efectivos» tras rechazar duplicar turnos y hacer horas extras

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La Junta de Mandos asegura que «no es posible garantizar la seguridad mínima» de cara a eventos como la Semana Santa

La Junta de Mandos de la Policía Local de Orihuela emitió ayer un comunicado en el que aseguró que a partir de ahora «no es posible garantizar la seguridad mínima preceptiva con los efectivos policiales que se encuentren de servicio ordinario como puedan ser carreras, procesiones, fiestas patronales en pedanías y lo más importante la Semana Santa de Orihuela, quedan en una situación de déficit evidente de efectivos». Todo ello tras anunciar que no van a realizar horas extraordinarias.

Los agentes, tras mantener una reunión para analizar las necesidades del servicio, decidieron que bajo su mando «no se van a realizar cambios de cuadrantes que supongan la prestación de servicios por parte de los funcionarios en sus días libres, al igual de que no se va a dar la orden de doblar turno a ningún agente», explican.

Una situación que podría afectar en especial a la Semana Santa, que comienza la próxima semana, pero que también se notaría en las pedanías y en el litoral oriolano que durante la semana de Pasión multiplica el número de residentes.

En el comunicado aseguran que han dado cuenta de esta situación al concejal de Recursos Humanos, Víctor Ruiz, del que denuncian que «no ha respondido a ninguna de las demandas que se le ha presentado ni ha aportado solución al problema».

De esta forma la Junta de Mandos apoya el comunicado enviado a principios de esta semana por los sindicatos UGT, SSPLB y CSI en el que agentes anunciaban su decisión de dejar de prestar horas extras al menos hasta que desde el Ayuntamiento le paguen estos servicios extraordinarios acumulados desde el año 2011.

En el mismo, los sindicatos criticaron que desde hace cuatro año se les adeuda a los policías locales las horas extraordinarias que han venido prestando y por las que aseguran no han recibido ninguna contraprestación por parte de la administración local. Un hecho que calificaron de «una falta absoluta de respeto y un menosprecio continúo a los agentes».

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