Francia se clasificó para el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica, empatando (1-1) con Irlanda, en París. En la prórroga (minuto 103), el jugador francés T.Henry tocó intencionadamente el balón con la mano dos veces. Lo paró y se lo acomodó antes de pasarlo a Gallas, que marcó. El gol fue legal, porque valió y se contó, pero también fue ilegítimo, porque hubo alteración del reglamento, parcialidad del árbitro, etc. Decimos que algo es legal cuando es conforme a ley. Decimos que algo es ilegítimo cuando no es justo, ni lícito, ni conforme a la ética.
¿Es legal la peatonalización de Los Andenes? ¿Es legítima? Cojamos el reglamento democrático: De un total de 25 concejales del Ayuntamiento, sólo 9 son partidarios del proyecto. La inferioridad numérica deja perplejo al personal. I.U., aunque sin representación en el Consistorio, se opone. El colectivo mayoritario de comerciantes de la zona afectada se opone (con firmas) por considerarlo muy perjudicial para sus intereses. Nuestra plataforma vecinal “SALVEMOS LOS ANDENES”, convocó una asamblea informativa para manifestar su descontento, teniendo un claro éxito de público y crítica.
Pasamos al tema económico ¡Qué les voy a contar! Hay personas (no paseos) con mayores y más urgentes necesidades que ocuparse de Los Andenes. Son numerosos los oriolanos, de todos los colores políticos, que nos manifiestan su indignación por el uso que se piensa dar a los dineros.
El gobierno del Bipartito, empeñado en ir contra todos, nos recuerda al conductor que entró equivocado, por el carril prohibido, en la autovía. Cuando vio que los coches venían de frente hacia él, gritó: ¿Qué hacéis locos? ¡que vais al revés! El Sr. Alcalde de Orihuela no es un ciudadano anónimo, porque es el portador de la vara. Estuvo en la Lonja. Escuchó el rechazo al proyecto y ahora sale crecido diciendo: “si por mí fuera peatonalizaría toda Orihuela”. Vd. está en su derecho de defender su programa electoral. Esto es indiscutible, pero con todo mi respeto, le digo que un ecologismo (pongamos apasionado) puede conducir a un dogmatismo inaceptable. Pretendiendo un imposible como es meter el campo en la ciudad, se troceará el segundo andén y en el trajín irán cayendo los árboles, pero no se preocupe que tiene un asesor que plantará álamos, así de paso irá eliminando los plátanos a los que él denomina exóticos.
Si el Sr. Rajoy, con su mayoría absoluta y su poderío, es cuestionado en la calle. Ustedes con el “LÍO DEL MONTEPÍO” que tienen en el Ayuntamiento, ¡cómo lo ven! Su peatonalización a la contra puede que sea legal (existen vericuetos), pero será ilegítima, porque al igual que el gol francés, no es justa, ni lícita, ni ética.
No piensen que es una frivolidad comparar jurídicamente el tema de Los Andenes con una famosa anécdota futbolística. ¡No lo crean! La intención de este firmante es la de exponer sin acritud, para liberar tensiones.
Ustedes crean un problema donde no lo hay. Piénsenlo. Me despediré con una frase, posiblemente injusta porque generaliza, pero desgraciadamente cada vez más real. Dijo Nikita Krushov: “los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay río”. ¡Pues eso! No hay necesidad.
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