La otra cara de las fiestas

Durante el primer fin de semana de fiestas se han registrado dos intoxicaciones etílicas y una detención por amenazas a la autoridad

A finales de la semana pasado terminaron de ubicarse las cabilas donde los festeros ya han podido comenzar la celebración de las Fiestas de la Reconquista con las habituales cenas de comparsas y la posterior fiesta, si bien los días grandes de fiesta no han llegado todavía la Policía Local ya ha recibido durante este fin de semana casi una decena de llamadas alertando de que la música estaba demasiado alta en algunas comparsas con lo que imposibilitaba conciliar el sueño a más de uno. Según ha explicado el alcalde y concejal de Seguridad Ciudadana, Monserrate Guillén, la Policía Local se trasladó hasta las comparsas y una vez allí realizó un control de audición que en todos los casos superaba el límite establecido tal y como advertían los vecinos que llamaron a las dependencias policiales.

Esta es una vieja polémica en la ciudad durante estos días. En el debate los que argumentan que las Fiestas de la Reconquista son una vez al año y son las fiestas más importantes de la ciudad contra los que piensan que puede haber música pero a menos decibelios y con un horario menos permisivo. Por este motivo el alcalde, Monserrate Guillén, ha llamado “a la cordura” para que tanto los festeros como los no festeros puedan convivir en paz durante el trascurso de las Fiestas de la Reconquista. Hasta el próximo miércoles el cierre de las cabilas está previsto entre las cuatro y las cinco de la madrugada mientras que el jueves, viernes y sábado las comparsas podrán permanecer abiertas hasta las siete de la mañana. Los agentes policiales velarán por el cumplimiento de estos horarios.

Varios incidentes

La otra cara de las fiestas la pone el parte de la Policía Local que ha informado que durante este primer fin de semana de Moros y Cristianos se registraron dos intoxicaciones etílicas, una reyerta y la detención de una persona por amenazas e insultos a un agente de la autoridad. Todo ello a pesar de que las comparsas cerraron a la hora prevista, las cuatro y media de la madrugada.