La planta permitirá también ofrecer conexión propia para que los vehículos eléctricos utilizados en la recogida de residuos puedan recargar sus baterías en la misma planta
La planta de transferencia de residuos de Dolores, además de por la singularidad que significa ser la primera instalación de gestión de residuos totalmente autorizada en la Vega Baja, es también pionera por contar de inicio con un equipamiento fotovoltaico propio que le proporciona energía necesaria para el autoconsumo. Así, se convierte en la primera ubicación de estas características en la Comunitat Valenciana en apostar por la energía solar de forma autosuficiente, lo que favorecerá una reducción anual de 12,5 toneladas al año de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Vaersa ha sido el medio propio de la Conselleria de Medio Ambiente encargado, junto al Consorcio A6, de la coordinación y ejecución del proyecto, que en total va a significar amortiguar más del 60% de emisiones de transporte respecto a los sistemas de recogida actuales.
Autosuficiencia energética
Está previsto que la instalación fotovoltaica de la planta de transferencia de Dolores, formada por 80 paneles con nulo impacto ambiental, proporcione 54.000 kilovatios hora al año, lo que garantiza la autosuficiencia energética con compensación de excedentes, ante un consumo previsto de 50.000 kilovatios. Un refuerzo a la apuesta sostenible de la planta de transferencia de residuos de Dolores, que dará servicio a 15 municipios de la Vega Baja, y que está alineada con los objetivos de desarrollo sostenible y los preceptos basados en la economía circular impulsados por el Consell.
La planta permitirá también ofrecer conexión propia para que los vehículos eléctricos utilizados en la recogida de residuos puedan recargar sus baterías en la misma planta. De los más de 2 millones de euros que significa la inversión total de la Conselleria de Medi Ambient y el Consorcio A6 encargada a Vaersa, se han destinado 45.000 euros a la instalación fotovoltaica.
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