El hombre, de 29 años, es uno de los tres detenidos en una operación de la Benemérita que ha interceptado 21.000 pastillas por valor de 210.000 euros
La Guardia Civil ha detenido en Daya Nueva a un hombre de nacionalidad belga y de 29 años, como presunto autor de un delito de contrabando y contra la salud pública tras ser reconocido como uno de los destinatarios de una gran cantidad de medicamentos falsificados que han sido interceptados en el aeropuerto del Alicante. Junto a este vecino de la Vega Baja, también han sido detenido otro hombre en San Vicente del Raspeig y otro en Alicante por los mismos hechos.
Estas personas recibían estos medicamentos, tanto para venderlos de forma ilícita como para su consumo, tomándolas sin consultar ningún tipo de prospecto y, sobre todo, sin dispensación farmacéutica, para ahorrarse el coste de adquirirlos en las farmacias.
La Guardia Civil ha intervenido en el Aeropuerto de Alicante un total de 21.000 unidades de medicamentos falsificados, procedentes de la India, de los cuales eran los destinatarios de los envíos tres hombres residentes en la provincia alicantina, quienes no conocen ni la fiabilidad de su origen, ni su fabricación, ni si han pasado o no, algún tipo de control médico sanitario, con los graves riesgos que esto conlleva para la salud de las personas que lo consuman.
A finales del pasado año 2016, los agentes de la Guardia Civil de la Oficina Fiscal del Aeropuerto de Alicante (ODAIFI), comenzaron a detectar una serie de envíos procedentes de la India, con diferentes destinatarios de las localidades alicantinas de Daya Nueva, Los Montesinos, San Vicente del Raspeig y Alicante.
Dichos envíos fueron inspeccionados, en colaboración con los Servicios de Aduanas del Aeropuerto de Alicante, hallando en su interior gran cantidad de medicamentos con los principios activos Sidelnafilo y Tadalafilo, los mismos utilizados por el famoso medicamento de color azul, para restaurar la función eréctil deteriorada.
Del resultado de las investigaciones se llegó a la conclusión de que dichos medicamentos no estaban registrados en la Unión Europea, teniendo la consideración, por tanto, de medicamentos ilegales. Otra de las razones para pensar que se trataba de medicamentos falsificados era su presentación, pues venían en forma de blisters, sin caja ni prospecto.
Por todo lo anterior, se establecieron diversos operativos de vigilancia para identificar y localizar a las personas que estaban detrás de dichos envíos.
Finalmente, la Guardia Civil ha intervenido un total de 21.000 medicamentos ilegales, con un valor de precio de mercado de unos 210.000 euros y ha detenido por ello a tres hombres, un belga de 29 años, un español de 39 y un chino, también de 39 años, vecinos de Daya Nueva, de San Vicente del Raspeig y de Alicante, como los destinatarios de esos envíos. Los tres han quedado a disposición judicial, en calidad de investigados por tres delitos de contrabando y contra la salud pública.
Grave riesgo para la salud
La Guardia Civil alerta de que el consumo de este tipo de medicamentos constituye un grave riesgo para la salud, ya que se comercializan sin haber sido sometidos a ningún tipo de control médico.
Su peligrosidad radica en que el principio activo podría tratarse de una sustancia susceptible de afectar a la salud de las personas, argumento apoyado en un informe emitido por el Área de Sanidad de la Subdelegación del Gobierno, que considera que “los comprimidos retenidos podían ser una sustancia peligrosa para el consumo humano al no ser un medicamento autorizado, pues se encuentra fuera de control sanitario y que no va dirigido a una persona expresamente autorizada para su comercialización”.
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