Gabriela Bravo, en su visita a Orihuela, explica que es difícil controlar los botellones y reuniones privadas y que esta medida ayudaría a atajar la movilidad nocturna
La Generalitat se plantea pedir al Gobierno el toque de queda para la Comunidad Valenciana como medida para frenar el avance del coronavirus ante el aumento de casos en los últimos días. Así lo ha asegurado la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, quien ha estado hoy en Orihuela y a pregunta de los medios ha señalado que el Consell “está reflexionando” sobre plantear esta posibilidad mañana en la conferencia que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantendrá con los responsables de las distintas autonomías.
La Comunidad Valenciana registró ayer un récord de casos con 1.318 nuevos contagios en 24 horas, por lo que desde el Gobierno dirigido por Ximo Puig contemplan pedir este toque de queda que delimitaría la movilidad por las noches.
El objetivo sería atajar el ocio nocturno que queda fuera de control, es decir los botellones, que provoca aglomeraciones de jóvenes en la vía pública, y fiestas privadas. Todo ello teniendo en cuenta que el ámbito social es el que más brotes de Covid-19 está generando en la autonomía.
En este sentido, Bravo ha explicado que la Generalitat ha limitado el ocio nocturno “pero no conseguimos controlar fiestas y reuniones sociales en el ámbito privado” y preocupa que en pocas semana se celebra Halloween, una fiesta que gusta especialmente entre los jóvenes. Por lo que reducir la movilidad nocturna es una de las medidas que se contemplan para atajar el incremento de casos y hospitalizaciones por el coronavirus.
En todo caso, como ha explicado la consellera, aplicar el toque de queda es una competencia del Gobierno de España, que previamente debería declarar el Estado de Alarma. Otros países, como Bélgica, Francia o algunas regiones de Italia, ya han aplicado esta medida que podría entrar en vigor en la Comunidad Valenciana, y en otras regiones de España, en los próximos días.
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