En la redada en la vivienda se incautaron de cinco cócteles molotov preparados para ser utilizados, así como diversos objetos relacionados con actividades delictivas
La Ciudad de la Justicia de Elche acogió este jueves la celebración del juicio contra los dos hombres acusados de diversos delitos relacionados con robos y posesión de artefactos incendiarios. Los hechos, que incluyen intentos de robo con armas y la tenencia de varios cócteles molotov, han sido presentados por la Fiscalía, que solicita una condena de 11 años de prisión para cada uno de los acusados.
Los hechos comenzaron el 25 de abril de 2022, cuando, según la Fiscalía, los acusados entraron en una vivienda en Alicante saltando el muro de piedra y sorprendieron al propietario, que se encontraba limpiando la piscina en ese momento. Los acusados lo amenazaron con una pistola, pero la víctima logró refugiarse en su casa y pedir ayuda a gritos. Tras la llamada de auxilio, el hermano de la víctima se desplazó hasta el domicilio y también fue amenazado con el arma.
Un tiempo después, el 8 de junio de 2022, los acusados intentaron robar un vehículo en San Miguel de Salinas. Los acusados abordaron a los dueños del coche, golpeándolos e intentando que les entregaran las llaves mientras amenazaban con una pistola, sin embargo, al percatarse de que la hija menor de la pareja estaba dentro del vehículo, los acusados optaron nuevamente por huir del lugar.
Días después, el 15 de junio de 2022, la Policía Nacional llevó a cabo una redada en la vivienda de los acusados en Dolores, en la que se incautaron de cinco cócteles molotov preparados para ser utilizados, así como diversos objetos relacionados con actividades delictivas, entre los que destacaban chalecos antibalas, equipos de transmisiones, mazos y cascos militares.
La Fiscalía considera que estos elementos incautados demuestran la peligrosidad de los acusados, y por ello les imputa delitos de robo con intimidación en casa habitada en grado de tentativa, robo con violencia y depósito de aparatos inflamables e incendiarios. De ser hallados culpables, los acusados podrían enfrentar una condena de hasta 11 años de prisión cada uno.
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