La localidad pone punto y final a sus fiestas patronales con la misa mayor y la procesión en honor a su patrón
El fervor y la devoción volvió a las calles Bigastro para venerar a la imagen de San Joaquín, que tras dos años de ausencia por la pandemia, pudo volver a procesionar por las calles de la localidad a hombros para poner punto y final a las fiestas patronales.
Tras la misa mayor, el patrón de Bigastro salió a hombros desde la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Belén con la comitiva de autoridades locales y, acompañados por los vecinos que quisieron alumbrar la venerada talla, que tiene 230 años de historia.
Así, se puso fin a siete días de intensas fiestas con verbenas, barracas, alboradas y que acabó ayer con la multitudinaria procesión en honor al “abuelo” como llaman cariñosamente los vecinos de Bigastro a San Joaquín.
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