Consumir estas bebidas nos ayuda a mantener a raya las enfermedades cardiovasculares
Foto Ilustrativa
Con la llegada del calor aumenta la cantidad de líquidos que ingerimos, y no solo bebemos agua para calmar nuestra sed. Existe una gran variedad de bebidas a las que recurrimos para hidratarnos y disfrutar a lo largo del día en nuestros ratos de ocio junto con amigos y familiares. Pero muchos desconocemos cuáles son los beneficios que las bebidas más populares del verano aportan a nuestra salud.
La cerveza, una de las bebidas más consumidas en España, disminuye el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares gracias a que consigue aumentar el colesterol bueno (HDL) y los polifenoles, protege frente enfermedades neurodegenerativas y mejora la salud ósea por su contenido en silicio. Además, tiene un efecto antinflamatorio y antibiótico gracias al lúpulo, uno de sus componentes esenciales. También es muy recomendable para los deportistas, ya que, como explica Carolina Pérez, nutricionista de Hospital Quirónsalud Torrevieja, «el consumo de una cantidad moderada de cerveza tras una actividad intensa favorece la rápida rehidratación y contribuye a evitar dolores musculares. La cerveza, por su sabor, aroma y por estar carbonatada, y más aún servida fría, se acepta mejor que el agua en situaciones en las que aún no ha aparecido la sed, como sería en un 2% de las deshidrataciones que comprometen el rendimiento deportivo pero que no son lo suficientemente significativas como para generar sed».
Los granizados, uno de los refrescos más populares del verano, son una bebida helada que se sirve cuando aún está cristalizada. El sorbete, en cambio, está a medio camino entre el granizado y el helado, contiene menos grasa que los helados cremosos, pero más azúcar. El principal componente de los granizados es el agua, cuya presencia representa alrededor de un 85-90% de su composición. Por tanto, su contenido calórico no es muy elevado, ronda las 60-70 calorías por cada 100 mililitros. En su elaboración no se emplean materias grasas (a diferencia de los helados cremosos), por lo que no aportan grasa ni colesterol. Sin embargo, conviene no abusar del consumo de estos productos ya que, aunque no tienen grasas, aportan azúcar en cantidades significativas. «La ausencia de grasa y colesterol en su composición puede ser un aspecto positivo para personas con niveles elevados de colesterol en sangre que quieran darse un capricho de vez en cuando. No obstante, conviene que el consumo de estos productos tenga lugar de forma esporádica para evitar el exceso de azúcar en la dieta», aconseja el doctor Honorio Martínez, especialista en Medicina Deportiva de Hospital Quirónsalud Zaragoza.
Otra de las bebidas irresistibles es la horchata, consumida en sus dos versiones, líquida y granizada, y cuyos ingredientes básicos son el agua, la chufa y el azúcar. La horchata es una bebida energética rica en azúcares y grasas saludables, «muy recomendable para todas las edades pero especialmente para los pacientes con enfermedades cardiovasculares que no padezcan de sobrepeso», indica la doctora Carina Gimeno, nutricionista de la Unidad de la Obesidad de Hospital Quirónsalud Valencia. «Además cuenta con un importante contenido en calcio, muy necesario en los periodos de lactancia, embarazo y crecimiento en los niños». «Su bajo contenido en sodio y elevado en potasio la hace muy aconsejable para pacientes hipertensos. Ayuda en la recuperación de procesos diarreicos por sus propiedades astringentes y, al no tener colesterol, gluten ni lactosa, es apta para los que padecen intolerancias. Sin embargo, no es aconsejable para pacientes diabéticos por su alto contenido en sacarosa», puntualiza la doctora Gimeno.
El gazpacho, otro de los reyes del verano, conserva todos los beneficios nutricionales de todos y cada uno de sus ingredientes sin sufrir ningún tipo de degradación por el calor que ocasiona el cocinado: «Vitamina C en los pimientos y tomate, vitamina E del tomate y del aceite de oliva virgen extra, antioxidantes, como licopeno del tomate, vitamina para el sol del verano y además cuida nuestra piel», enumera la nutricionista Carolina Pérez. Aporta mucha fibra, que favorece el tránsito intestinal y promueve la limpieza de nuestro organismo. También contiene minerales como el fósforo, hierro, calcio, magnesio, zinc, cobre, potasio y sodio. Es por ello que el gazpacho es considerado como una bebida isotónica debido a su contenido en agua y sales minerales. El gazpacho además ayuda a reducir la presión arterial. «El consumo de los principales ingredientes naturales del gazpacho de forma separada ya se vincula con una reducción de la presión arterial. La hipertensión arterial es una condición que afecta a un 25% de la población adulta y es el principal factor de riesgo de los infartos miocárdicos y cerebrales», añade.
Por último, otro de los refrescos que está experimentando un gran auge, sobre todo entre los deportistas, son las bebidas isotónicas, que favorecen el rendimiento deportivo y ayudan a reponer rápidamente las pérdidas ocasionadas por el ejercicio físico intenso. Su aporte en agua evita la deshidratación, y la concentración de hidratos de carbono (6 – 8%) es efectiva para mantener el equilibrio de líquidos, proporcionar energía, mantener los niveles de glucosa en sangre y acelerar la absorción de agua. Los electrolitos ayudan a mantener el equilibrio hídrico, la función nerviosa y la contracción muscular. «Si bien muchos especialistas están de acuerdo en que, si el ejercicio dura menos de una hora, aunque sea intenso y en ambiente caluroso, será suficiente con hidratar tomando agua antes, durante y después del ejercicio», apunta el especialista en medicina deportiva.
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